Sunday, August 01, 2010

Conclusiones

Y es que según yo, ya me había hecho a la idea de estar siempre sola. Con el tiempo me he ido dando cuenta que mi persona interior, mi personalidad, esta deforme, chueca, "maimed". Y cuando alguien se acerca mucho a mí, cuando empieza a “conocerme mejor” puede verlo, claramente. Y por eso todos se alejan de mí. Doy asco, o no sé que. Es como si todos tuvieran algo, una parte de su ser, que les ayuda a hacer amigos, a relacionarse con otras persona. Y ese algo, a mi me falta. Yo no lo tengo, o está atrofiado y enfermo y no funciona bien. Y por eso nadie se queda conmigo.
El último fulano que trate de “conquistar” – le mandé poemas y toda la cosa. Fui linda y tierna como no lo había sido jamás. Y después de algunos meses de vernos de manera ocasional, un día me mando al carajo por messenger, con cuatro palabras: “no sería feliz contigo”.
Así de fácil. Con cuatro simples palabras puede de-valorizar todo lo que soy; con cuatro simples palabras puede demostrar fehacientemente, que no soy lo suficientemente buena, lo suficientemente capaz, suficientemente nada, como para hacer feliz a alguien. Así de fácil.
Y cuando mas tarde, le lloré por correo a un amigo, me contestó: “¿Y que esperabas? ¿Qué se enamorara de ti?”
Fue como si me hubiera dado una bofetada.
Si, eso esperaba, que se enamorara de mi. Y es tan obvio que una cosa así no podría pasar, que cualquiera puede verlo de inmediato.
Cualquiera menos yo.
En ese momento supe que por dentro, estoy deforme y contrahecha; que soy tan patética y repugnante como una cucaracha patas arriba, y que nadie en su sano juicio, jamás, podría querer estar conmigo.

Un amigo me dijo una vez, que mientras no me quiera a mi misma, nadie más me va a querer. Pero no me quiero a mi misma; nunca lo he hecho, no sé como hacerlo. Siempre he sido o me he sentido rechazada y lo único que he aprendido a hacer es rechazarme y verme todo lo malo. Es un círculo vicioso, del que no puedo salir. La verdad, ya dejé de intentarlo. Estoy conciente de que nadie va a venir a rescatarme. Pero no puedo tampoco rescatarme a mi misma, porque, a mi ojos, no valgo la pena del esfuerzo.

No comments: