Wednesday, July 24, 2013

Losing steam

Ya no escribo. Cada vez mis post están mas y mas espaciados; cada vez escribo menos. Antes, la indignación ante esto o aquello me llevaba a escribir. Pero estoy perdiendo impulso o más bien ya lo he perdido. Antes creía que podía cambiar las cosas, ahora sé que no puedo. Mientras más conozco el sistema, mas me deprimo y veo lo imposible que es cambiar nada. Se podría decir que "el sistema" me ha derrotado. Después de todo "el sistema" puede existir sin mi, pero yo, no puedo existir sin trabajo y sin dinero. Así que miento para conseguir trabajo, y miento para conservarlo, y traiciono mis principios y mi ética personal por un sueldo que no lo vale y que de todos modos no me alcanza. Por feo que suene, la muerte de mi padre me permite seguir viviendo: comemos del dinero que dejó, mas que de lo que me pagan. ¿Y cuando ese dinero se acabe, que voy a hacer?
Hoy me saco de la cama el hambre, un suceso raro porque por lo general no hay hambre que me despierte a las cuatro de la mañana, aunque me acueste sin cenar (que además, no fué el caso). Y divagando mientras miraba el techo y decidía si levantarme o no, llegué a la conclusión de que el principal problema en la educación hoy en día son las calificaciones. Antes, los niños iban a la escuela a aprender; ahora van para sacar buenas calificaciones. El aprendizaje era la meta o el objetivo, y las calificaciones un indicador. Ahora las calificaciones son el objetivo. Ya a nadie le importa si el niño aprendió, solo la calificación importa. Y en función de ello la calificación cada vez está mas desconectada del aprendizaje.

La escuela particular es un negocio, y los padres son los clientes. La escuela se "vende" en base a sus instalaciones, equipo deportivo, computadoras, mobiliario, alberca, clases de ajedrez, y actividades extra varias, etc. Una cosa que vende mucho son los "valores" y hasta los resultados de Enlace, con lo nefasto que es Enlace, sirven para vender la escuela (creo que ya he discutido mi experiencia con Enlace en algún post anterior). Y los papás compran. Y una vez comprado - es decir, inscrito el niño en el colegio - pues esperas que se te regrese el valor de tu dinero. Y ese valor no se mide en aprendizaje sino en calificación. Como ya había mencionado (hasta el cansancio, creo) un director de escuela privada me dijo una vez: "Hay que mantener contentos a los clientes; los clientes son los papás, y los clientes no pagan para que repruebes a sus hijos". Y punto. Si el chamaco aprendió o no es irrelevante.
Y en verdad es irrelevante; tenemos al actual presidente de México como botón de muestra. La prueba del éxito en la vida es la lana; y para ganr dinero, incluso para ganar mucho dinero no se necesita haber estudiado ni tener conocimientos de nada. Lo que se necesita es haber nacido en la familia correcta y/o tener las palancas correctas. ¡Ah! Y/o tener lo que llama "don de gentes", que va desde ser una persona agradable, hasta ser manipulador y embaucador. Mientras mejor mientas y menos escrúpulos tengas, mayor éxito. Ayer leí un artículo en un Scientifica American que me confirmó lo que del algún modo sospechaba: mentir funciona muy bien, mientras mas mientas mejor te va; incluso hay una teoría sobre la evolución del cerebro, según la cual el incremento en masa cerebral y complejidad de conexiones entre neuronas se debe a la necesidad de mentir mas y mejor. Mentir deriva muchos beneficios cuando vives en sociedad y puedes engañar a los demás. Admiramos a los mentirosos y embaucadores. La parte mejor conocida y mas recordada de Tom Sawyer es cuando engaña a otro para que pinte la cerca por él.

Yo soy, creo, muy inteligente, pero no soy buena para mentir. Y mas me vale aprender rápido, o en un par de años voy a estar limpiando parabrisas en la calle. Lo malo es que lo odio, desprecio a la gente que engaña a los demás, pero no puedo negar que les va bien en la vida. Me he dado cuenta y he tenido que aceptar que mentir es una habilidad fundamental; y lo que mas me preocupa es que no sé como se la voy a enseñar a mi hijo, para que él tenga mas éxito que yo y sea mas feliz.

NOTA: El artículo en cuestión se llama "Natural-born liers", página 16 del Scientifica American Mind, volumen 16, número 2, año 2005

La otra cosa queme quitó el sueño esta madrugada fue darme cuenta de lo impotentes que somos los maestros. En otra época, si te portabas mal, te daban de reglazos. Ahora por supuesto, es impensable que los maestros le peguen a los niños, o que los insulten (lo cual me parece bien). Pero no solo no les puedes pegar, ya no los puedes ni tocar, no sea que te acusen de acoso sexual.  Ya es habitual que al firmar tu contrato de trabajo como maestro en escuela particular firmes también (y si no firmas no hay chamba) algún documento donde se te prohibe tocar a los alumnos, darles asesoría individaual o estar a solas con un alumno (en el salón en el patio, donde sea) y si lo llegaras a hacer y hay queja, la escuela está libre de toda responsabilidad y tú quedas de patitas en la calle. No puedes tocar a tus alumnos ni física ni verbalmente; y tampoco los puedes reprobar, aún si entregan el examen en blanco (que ya me sucedió, y fué la ocasión en que el mismo director de la escuela me dijo aquello de haber como le haces, pero tienen que pasar, porque los papás no pagan para que sus hijos reprueben). Y los chavos lo saben, por supuesto. Los "buena onda" te lo dicen tal cual, y los mala onda te amenazan con echarte encima al papá y que ellos se encargan de que te corran de la escuela. Y lo cumplen, además. Y así, los maestros no tenemos ningún poder frente a los alumnos, ningún poder frente a los padres, y por supuesto ningún poder frente a lso autoridades escolares. Lo mas frustrante es que las escuelas tienen "reglas" (entre grandes comillas), que se supone debes hacer cumplir a los alumnos, pero que son imposibles. Por ejemplo, típica regla: si el niño no entrega las tareas, no tiene derecho a examen. El chamaco no entrega tareas, le mandas avisos a los papás, el niño sigue sin entregar tareas, lo dejas sin examn, tiene cero, mas aparte cero en tareas, reprueba. Y entonces todo mundo se te echa encima porque tú maestro maldito, reprobaste al niño. Eres mal maestro, no esperes que te contratemos de nuevo, y además, a ver como le haces para que pase Y QUE SE VEA BIEN. Que no parezca que lo pasaste porque te dijeron. Y aqui retomo lo del inicio del post: hay que mentir, y mentir bien: pretender que sigues las reglas dela escuela, sin seguirlas; pretender que la calificación es un reflejo del aprendizaje, sin que los sea; pretender que das clase y te preocupa que tus alumnos aprendan, cuando en realidad sabes que da igual por que de todos modos no puedes reprobarlos.
Hoy en día, para mí, lo mas arduo de dar clase es planear la evalución de tal manera que hasta el mas bruto y el mas huevón saquen mínimo seis. La clase es puro show, para mantener apariencias, y los chavos exigen "tienes que entretenerme" como si fuera uno payaso de circo. Mi mayor y en realidad mi único problema en la escuela en la que estoy, es que Dirección determina los porcentajes de evaluación y me da los exámenes - no los puedo diseñar yo, para hacerlos facilitos. Y en consecuencia tengo que hacer malabares para pasar a los alumnos y que parezca que los califico en función al desempeño/aprendizaje. Muchos reprobaron, y los pasé, sabiendo que no aprendieron nada, porque si los repruebo me quedo sin trabajo. Algunos, ni parandome de cabeza pude lograr que pasaran; y por supuesto reclaman amargamente que es mi culpa porque soy mala maestra. La clase les vale; haga lo que haga, no puedo competir con el chat del celular y los videojuegos de la tablet/ipad. Hasta se ponen audífonos para poder ver videos de youtube en clase. Y no les puedes quitar el aparato porque entonces se van a quejar de que abusas y les quieres robar sus cosas. No los puedes sacar de clase porque los papás no pagan para que sus hijos estén en el pasillo. Y la clase les vale m... porque después de años de escuela privada, ya saben que aunque no hagan nada, van a aprobar. Y la calificación es lo único que cuenta.
Mentir y mantener las apariencias. Todo el sistema educativo es una mentira. Y la escuela particular, como sistema de enseñanza-aprendizaje, no sirve. Es un negocio de entregar boletas.

Y yo ya no tengo fuerzas para nadar contra corriente. Y cada vez estoy mas convencida de que lo que le he enseñado a mi hijo: esforzarse, aprender, entender, valorar el conocimiento, hacer las cosas bien, está mal, y que en vez de "darle herramientas para vida", se las estoy quitando. Debería enseñarle a ser hipócrita, mentiroso, a no tener escrúpulos y preocuparse de verse bien y mantener las apariencias, y entonces si, tendrá herramientas útiles para manipular a otros y hacerla en la vida. Y eso me deprime y me quita el sueño.
Quiero que mi hijo sea feliz, pero ¿cómo le enseño las habilidades que realmente se necesitan en la vida, si yo no las tengo, y además las encuentro repulsivas? Pero no quiero que pase por la angustia y la amargura en la que yo vivo. Debo aprender a que me valga m... a seguir la corriente, mentir y luego enseñarle a mentirse a si mismo, para que no se angustie, sea feliz y pueda mentirle convincentemente a los demás. Le he ayudado a mi hijo a crearse una conciencia (similar a la mía) y ahora debo destruirla. Aún está a tiempo, solo tiene 13 años... Espero estar a tiempo, por favor...