Wednesday, November 19, 2008

Ciudad jungla.

Mencione ya (Ciudad de ilusión) que los lorocutores del noticiero local no fallan en repetir cada mañana que “Los Cabos es un paraíso”. Considerando las barricadas en las bocacalles, las grietas abiertas por la lluvia en todos los caminos de arena, la cantidad de gatos y perros semisalvajes que vagan por ahí, los mosquitos transmisores del dengue y las ventanas sin mosquitera, el omnipresente graffiti; las 500 muertes al año en accidentes automovilísticos; la alta (¡altísima!) incidencia de robo de autos y atracos varios (esta es creo, la única ciudad en la Baja, donde los Oxxo cierran por la noche: en La Paz y otros sitios están abiertos 24 horas, pero en Los Cabos TIENEN que cerrar o los asaltan. Supongo que por eso hay tan poquitos). Bueno, decía que considerando todo lo anterior, el noticiero debería iniciar cada mañana con la canción esa de “Welcome to the jungle”.


Están arreglando las calles del centro, que por aquí llaman “Par Vial” (no me queda claro si por “Par Vial” se refieren a las obras, a la zona, a la avenida tal cual va a quedar – cuando quede – o a todo eso). El caso es que todos los días hay anuncios en la radio referentes al Par Vial, por el estilo de “el Par Vial será cerrado de la calle X a la calle Z, a la altura de Q y W, el jueves 14 a las 16 horas, y será reabierto el domingo 17 a las 18 horas”. No se si de verdad re-abren las calles el día y a la hora que dicen. Habiéndome perdido ya tres veces (en una ocasión di cinco vueltas al mismo circuito, porque todas las calles de salida estaban cerradas o eran en sentido contrario; eventualmente salí, en sentido contrario y frente a las narices de un policía que no dijo ni pío); el caso es que ya no me quedan ganas de bajar al centro, y menos si van a estar cerradas calles que no conozco y no vienen en mi mapa (es un mapa bastante malo, he de admitir). A veces, durante estos trabajos del Par Vial, se corta la electricidad y/o el agua. Amablemente avisan por el radio: “A las colonias, desde Cabo Bello hasta Avenida Constituyentes (¡son como veinte!) se les cortará el servicio de agua/luz, durante la duración de estos trabajos, los días jueves catorce y viernes quince. Por su atención y comprensión, gracias”.


Y si no tienes costumbre de escuchar el radio, que te lleve el diablo. Y ya. Ni jueves ni viernes hay agua, y como además el fin de semana no cae agua (nunca hay agua en la llave que viene de la calle los fines de semana; no se porque: otro misterio), pues la cosa resulta en que te quedas sin agua cuatro días. Afortunadamente no me ha tocado quedarme sin luz por más de unas horas. Con una temperatura externa de 37º C o mas; y una temperatura interna (en el depa-cuarto) arriba de los 40º C (recordemos que los depa-cuartos son construidos siguiendo el plan original de un horno microondas, pero en grandote), eso de quedarse sin electricidad es criminal: el refri se deshiela en media hora, la comida se echa a perder, y al no poder prender el ventilador, solo te queda estarte afuera en el pasillo, a pleno sol (como sea, estarás a tres grados menos que en el interior). Y así, bajo el hermoso cielo sin nubes y el esplendoroso sol que achicharra, puedes aprovechar el tiempo para contemplar en tu interior (porque mirar hacia el exterior te deja viendo manchitas) los misterios del universo, tales como ¿Por qué diablos me vine a vivir aquí? ¿Qué pasa con el calentamiento global? ¿Dónde están los veinte huracanes que pronosticaron para el Pacífico este año? ¿¿¿Por qué no llueve???

En La Paz abundan los puestos de hotdogs. Aquí abundan los puestos de tacos “al estilo DF”. Me haría pensar que hay muchos chilangos en cabo San Lucas, de no ser porque aun no he visto ninguno de esos puestos abierto. A algunos ya hasta se les esta cayendo la pintura. Curiosamente no han sido grafiteados ¿a saber por qué?


En esta ciudad aun existe el Video Centro. Si, esa franquicia que fue desplazada y extinguida por BlockBuster (o como se escriba) en el resto del país. Aquí no hay BlockBuster, pero hay Video Centro. Es como llegar al Mundo Perdido de Arthur Conan Doyle. Puros espécimenes raros. Aplica a los bípedos también. Procedo a describir a un vendedor de periódicos (de esos periódicos amarillistas que venden en los altos y los cruceros): moreno, barbudo, con sobrero de paja, de ala ancha, agujereado por mas señas, fumándose lo que creo que era un puro, en shorts de color indeterminado y chanclas de hule, brazos y piernas tatuados, y con un chaleco de esos naranja fosforescente con tiras reflectoras para que los veas de lejos y no los atropelles. Fumaba su puro, feliz y quitado de la pena, parado a media calle junto a un tope, con un periódico en la mano y un morral con mas periódicos colgando al hombro. No lo veía esforzarse mucho en las ventas. Compartía un extremo del tope con unos chavos que estaban boteando (es decir, pedían que les echara uno dinero en sus botecitos) para alguna causa indeterminada - estaban sobre el otro carril y no alcance a ver a santo de que boteaban. No trataban de cruzar la calle para llegar a los “clientes” potenciales al otro lado de la calle – habrían tenido que atravesar el terreno del vendedor de periódicos.

Aquí los topes no están pintados. Es como una consigna. No hay ni un solo tope pintado. Debe ser un plan para mejorar la memoria de los habitantes de la ciudad. Es preciso que memorices la ubicación exacta de todos los topes en tu camino. De noche no se ven, y de día, con un sol de 400 watts dándote en la cara, y reflejándose en cada ventana, tampoco. Algunos (los mas chiquitos) tienen un letrero indicador, con una silueta en negro, y debajo del dibujo la palabra “tope”. Este letrero se encuentra generalmente junto al tope o un poquito mas adelante (cuando hay un poste u otro objeto que impide ponerlo justo al lado del tope). La funcion del letrero es, creo, brindarle al tope compañía y apoyo moral (cada vez que alguien mienta madres por darse de narices en el p… tope que no se ve). O quizás sean para que el tope no olvide su identidad y su función (considerando que los que manejan camioneta se los pasan como si no estuvieran). Para los conductores si que no son, porque uno ve el letrero al mismo tiempo que se esta dando el porrazo con el tope (a veces después).

Welcome to the jungle.


Propongo los siguientes folletos turísticos:

Querido turista: Bienvenido a Los Cabos.

Por favor, no traiga su coche. Corre el riesgo de perderlo en las zanjas, topes, barricadas y accidentes típicos de la región, o en las manos de algún ladrón profesional de coches. Y de todos modos no hay donde estacionarlo, a no ser que este dispuesto a pagar de 30 a 50 pesos por hora o fracción (si pensaba ahorrarse los 30 pesos para comprarse otra cosita, olvídelo: aquí, hasta los chicles se cotizan en dólares).

Querido turista: no traiga su coche. Tampoco traiga su perro. Mejor llévese uno. Los Cabos exporta finos perros de la calle (principalmente a Estados Unidos). Lo digo en serio: hay una sociedad de protección a animales, fundada y sostenida, por supuesto, por gringos residentes en la región. Cada año exportan muchos perritos y gatitos callejeros a “los estates”. Nunca hubiera imaginado que en la unión americana hubiera escasez de perros y gatos callejeros, pero ahí esta. Puede usted confirmar mis palabras leyendo las felices historias de éxito de mascotas varias, en la página web: www.humanesocietycabo.com

Querido turista: no traiga su carro y llévese un perro (o gato). Gaste mucho, de preferencia en dólares, y no se le ocurra salir del hotel a las incivilizadas zonas aledañas, porque seguro que lo asaltan o lo atropellan. Por si las moscas, sáquese un seguro contra accidentes antes de venir. Y si un día, después de nadar en la playa, llega a su habitación y no se puede bañar, no se preocupe: cortaron el agua por tiempo indefinido, pero todo es por el mejoramiento de la ciudad, para que usted y otros turistas, algún día, puedan circular por el centro de Cabo San Lucas sin ver desagradables postes y cables de luz (en realidad sin ver nada mas que el carro de enfrente y los de los lados, que si se me descuida manejando ya no la cuenta – ¡500 accidentes fatales al año!).

Querido turista: Bienvenido a la jungla.

Ciudad de misterio

Cabo San Lucas es una ciudad misteriosa, muy misteriosa. Por ejemplo, hay dos tiendas principales, el Soriana y el CCC (centro comercial californiano, 100% nativo). En el estacionamiento del CCC hay unos como techillos inclinados (en V invertida) para dar sombra a los coches. Hasta eso funcionan bastante bien y ayuda a que tu carro no sea un horno (especialmente si tienes en cuanta que vienes del aire acondicionado en el interior de la tienda, a unos 15 o 20 grados centígrados por debajo de la temperatura ambiente).
En el estacionamiento del Soriana solo hay una de estas “sombrillas” para autos. También este techo está inclinado en dos aguas, pero a la inversa que el del CCC, de modo que en la mañana los carros de un lado tienen sombra, pero los del otro no, y en las tardes al revés. ¿Por qué? Misterio. Y los clientes-que-serán y traen auto pelean, casi literalmente, por estacionarse en donde esta la sombra, generando caos vial y enfados constantes. ¿Por qué levantaron solo uno de estos techos? Es decir, hay como quince hileras posibles para estacionarse ¿Por qué solo una tiene sombra? ¿No habría sido lo mismo no poner ninguna? Es un misterio; quien sabe que tenía en la cabeza el que diseñó el estacionamiento (que debió ser el mismo que el que diseñó el de Soriana La Paz, que esta igual).

Como ya había comentado antes, aquí casi todas la calles son de arena ( y las que están pavimentadas son de cemento o concreto, no asfalto ¿Por qué? Misterio). Después de las lluvias, las calles de arena son impasables, debido a las grietas que el agua abre a media calle, que a veces llegan a medir hasta 20 centímetros de profundidad y mas de treinta de ancho. Algunas de estas calles son después “repasadas” o “alisadas” por maquinaria del municipio. Esto funciona así: llega una máquina que no sé como se llama, con una como de pala ancha enfrente, y va empujando toda la tierra amontonada en la calle. Esta tierra tapa (mas o menos) los hoyos, grietas y zanjas abiertos por la lluvia. Al final de la calle no debe quedar mucho tierra suelta; y si la hay la máquina nomás la amontona a un costado y ya. Por supuesto que cuando vuelve a llover esa tierra se lava hacia la calle pavimentada mas próxima, dejándola llena de bultos, grava y pedruscos, que pueden o no ser removidos eventualmente por el municipio. A veces los mismos habitantes de la calle salen con un pala a quitar lo mas molesto de la arena (los he visto). La pregunta es ¿Cómo decide el municipio que calles son dignas de arreglarse después de las lluvias? ¿Tienen una lista de calles “importantes”? ¿Se basan en los reportes de la policía, en los avisos de la gente? Los policías aquí circulan en pura camioneta, así que pueden pasarse por encima la mayor parte de las grietas y zanjas sin siquiera bajar la velocidad. Entonces, cuando una calle esta tan fea que ni la policía puede pasar, es tiempo de arreglarla. O tal vez hay un teléfono al que la gente llama para quejarse de que se les quedo el coche en el hoyo…
La calle por la que llego a mi trabajo es de arena. También es una calle con bastante circulación. En una ocasión, después de la lluvia, se formo una fea, ancha y profunda zanja que la cruzaba de manera perpendicular, donde solo había un punto por el que aun era posible pasar. Como sea que la calle es de doble sentido, con bastante tráfico en ambos, era de ver las peloteras que se armaban, ya que con la amabilidad y cortesía típica del cabeño promedio, todo mundo quería pasar primero y chingue su madre el que se me atraviese. Eventualmente llego la máquina-pala y alisó la calle. La zanja sigue allí, pero si pasas con cuidado y baja velocidad no tienes mayor problema. Eso, cuando tienes carro, porque los que traen camioneta se pasan a toda velocidad y si no vas a una velocidad que sea de su agrado te rebasan, dejándote completamente empanizado. La mitad de la población trae camioneta. Supongo que considerando el estado de las calles es comprensible; imagino que hasta compensa por el gasto extra en gasolina.

Por otro lado, hay otra calle, que antes tomaba para llevar a mi hijo a la escuela. Esta calle tiene en un extremo, casas de una colonia de interés social; la calle aquí es de arena. Mas adelante se acaba esta colonia y empieza otra, de mayor nivel socioeconómico; a partir de este punto la calle está pavimentada con algo que creo es concreto. La zona pavimentada está mas arriba que la de arena; durante la lluvia el agua baja, socavando un escalón en el sitio en que la calle deja de estar pavimentada; mas allá de este punto el agua formó un arroyo a media calle, que en su parte mas profunda debía tener unos 20 centímetros menos que el nivel medio del resto del paso. Este arroyo medía algo así como medio metro de ancho, excepto a la altura del cambio de colonia, donde como decía, se formó un escalón, de 20 a 25 centímetros de hondo y metro y medio de ancho. Habiendo logrado cruzar la zanja para circular del lado de la vía que se encontraba en mejor estado, cuando llegue al dicho escalón me quedé, como dicen, “de a seis”. No había modo que mi carro subiera por ahí sin dejarse las tripas en el borde de concreto. Después de dar varias vueltas por calles de arena sin nombre ni seña alguna (y que no aparecen en el mapa) logré encontrar otro camino para llegar a la escuela del niño. La ultima vez que me asome, la zanja seguía ahí (ya no se le podía llamar calle…) Entonces ¿Quién determina que calles hay que reparar, y como lo hace? Misterio.

Algunos ciudadanos industriosos arreglan la calle por si mismos. Otros, la echan a perder.
Por alguna razón que desconozco, la gente por aquí levanta barricadas frente a la entrada de la calle. Cuando llegué y vi esos montones de tierra, cascajo y palos cerrando la entrada de algunas calles, pensé que eran resultado de las lluvias. Luego noté que en realidad eran “montañas” bastante limpias, pues estaban formadas principal mente de tierra, piedras y palos, casi nada de basura, lo cual es notable, pues hay mas que suficiente basura en las calles como para que la lluvia y el viento tengan con que trabajar. Unas semanas después llegó una máquina de esas aplanadoras de calle, y aplanó el cerro de tierra que había frente a una calle aledaña a mi depa-cuarto. Dos días después el cerro estaba otra vez ahí, mas redondeadito y formadito (como que nada mas le habían dado una retocadita).
¿Por qué? Hay una “barda” de estas en una de las calles por la que paso seguido. Dicha calle esta cortada en sentido perpendicular por una avenida bastante transitada. Yo doblo ahí a la derecha, sin problema porque no hay barricada ni puede haberla: la calle de ese lado está pavimentada. Pero del otro lado de la avenida es de arena, y tiene una montaña de tierra, piedras y cascajo que ni las lluvias han podido deshacer (mide fácil un metro de alto). Curiosamente, es media montaña: solo cubre media entrada de la calle, dejando un carril cuasi libre (hay un tope de tierra de 40 centímetros de alto, pero se puede pasar).
¿Por qué? ¿Por qué bloquear solo media calle? El que quiere entrar o salir de esa calle se las ve pintas, pero de todos modos coches entran y salen todo el tiempo. ¿Cuál es el sentido? Misterio.

Me tocó contemplar la suerte de otra barricada de estas, en la misma colonia, pero del otro lado, en una calle lateral a otra avenida, también bastante transitada. Por ahí suelo ir caminando al café Internet que prefiero frecuentar (ya no tengo Internet en casa… ¡Buaaa!). Había en una calle de esas, otra barricada, de tierra y palos, bastante alta, y muy notable porque esta si tenía bastante basura y olía mal. Era tan alta, y tan pegada a la avenida, que no dejaba ni el espacio de la banqueta, por lo que ya tenía marcado un caminito estrecho, a unos 30 centímetros sobre el nivel de la calle, usado por los peatones que deseamos seguir adelante sin exponernos a dejar el pellejo en el cofre de algún auto (circulan bastante rápido- cuando pueden porque luego el tráfico es denso). Esta barrera cerraba por completo la entrada a la calle, a coches y peatones por igual. Un día, llego maquinaria y la quitó (literalmente la quitó, porque resulta que la calle, que ni siquiera había visto, está pavimentada, así que no podían limitarse dispersar la tierra. ¿Supongo que se la llevaron a otra calle??? Misterio). Remplazaron la montaña de tierra con una zanja muy bien hechecita, de un metro de ancho y medio metro de profundidad ¿Por qué? No tengo ni idea. Pase por ahí varias veces y no ví que estuvieran poniendo tuberías ni nada parecido. Finalmente un día rellenaron la zanja, pavimentaron por encima y así quedó. No han vuelto levantar la “barda” de tierra. ¿Será que les da flojera ir a traer la arena necesaria? Misterio.

Un día llegue a casa, para encontrar a mis vecinos elucubrando sobre el significado de una nota que alguien dejó agarrada de la reja con una pinza para ropa. La nota decía que, para limpiar la banqueta “el martes 19 pasará la barredora por la calle tal y cual, por lo que se pide que retiren los automóviles; de otro modo se los llevara la grúa”. Ahora bien, debido al poco espacio para estacionarse, los vecinos suben su coche a lo que pasa por banqueta. Y digo pasa por banqueta porque es un espacio de unos 5 metros entre la reja/ muro de la casa, y la calle en cuestión. Dicho espacio es como un chichón que sube desde el nivel de la calle y está formado por una roca grandota que nadie pudo quitar (medio hicieron la banqueta alrededor), mucha arena gruesa que parece grava pero no lo es (ya se la habrían llevado si sirviera de lago), y unos como escalones que de un lado medio continúan la banqueta y permiten que uno pueda trepar el chichón para llegar a la reja. Ahora bien, yo nunca estaciono mi carro ahí, porque es chaparrito y se da re-feo en los escalones, y derrapa en la arena. Pero uno de los chavos que viven en el depa-cuarto de al lado tiene camioneta y si la sube; otro vecino tiene un carro normal, pero grande, así que generalmente no encuentra lugar abajo y también lo sube (si, caben los dos, lado a lado). Entonces, la duda era ¿hay que quitar los coches que están arriba, o los que están estacionados a nivel de la calle? ¿A que hora pasa la barredora? No venía ni teléfono ni dirección de la oficina municipal encargada (solo tenía el escudo del municipio hasta arriba) así que no había modo de averiguar. Total que el martes 19 me levanté temprano a mover mi coche a una calle aledaña. Todo el día hice maniobras y maromas para estacionarme fuera del camino de la barredora, que nunca se apareció. La banqueta sigue sucia. La calle sigue llena de arena. Todo mundo dejó su carro donde estaba, excepto yo. ¿Por qué nunca se vio la barredora? Misterio. ¿Cómo supieron los demás que no iba a llegar la grúa a llevarse su carro? Misterio. ¿Por qué nos dejaron esa nota en la reja? ¿Qué oficina municipal es la encargada de la barredora? ¿Será que la grúa estaba ocupada en otra parte y como no pudieron quitar los carros no limpiaron? ¿Irán a venir algún otro día? ¿Cómo y por que decidieron que había que limpiar esta calle? ¿Qué carros se suponía que había que quitar?

Recapitulando:
¿Por qué hicieron tan mal el estacionamiento de Soriana?
Misterio
¿Cómo determinan que calles arreglar después de la lluvia?
Misterio
¿Por qué algunos habitantes limpian la arena de las calles mientras que otros la apilan en la bocacalle?
Misterio
¿Qué función tenia esa extraña zanja?
Misterio
¿Por qué no llegó la barredora?
Misterio
¿Qué oficina o departamento del municipio se encarga de programar el recorrido de la barredora, y por que no tienen dirección ni teléfono?
Misterio
¿Por qué no hay mosquitera en la ventanas, si esta es una zona donde se cría el mosquito del dengue? ¿Por qué los grafiteros pintan hasta las paredes que no se ven? ¿Por qué no hay malecón? ¿Por qué se va la luz, si se supone que las necesidades de energía eléctrica del municipio están cubiertas hasta el 2018? ¿Por qué los chilangos que viven en Los Cabos son mas buena onda que los de Querétaro y el DF? (véase “Ciudad de ilusión”, mas abajo). Misterio, misterio y más misterio. Curioser and curioser.

¿Qué estoy haciendo en esta ciudad, si yo quería regresarme a La Paz?
Misterio…

Friday, November 07, 2008

Ciudad de ilusión

Long time no see…


Empiezo a creer que soy la reencarnación del judío errante – versión mexicana.


Ahora vivo en Los Cabos. Hasta hace unos meses aun radicaba en Querétaro, anhelando regresar a La Paz… a la que regresé, para recordar, demasiado tarde, que en La Paz no hay chamba. Así que vine a Cabo San Lucas, persiguiendo una ilusión: la ilusión de tener una buena chamba y un mejor ingreso. Sabe dios cuanta gente ha llegado aquí con la misma ilusión. Igual que yo, muchos seguramente viven en un cuarto de tres por tres… Otros viven en los arroyos, en asentamientos irregulares que son desalojados – en teoría, al menos – cada vez que llueve. Y es que Los Cabos, como otras ciudades turísticas que conozco, es una ciudad de apariencias, porque verse bien para el turista es lo más importante, lo único que cuenta. Y al igual que Cancún, la fachada, es decir, la zona turística, es bonita (…), pero el resto… Las calles son brechas de arena que se vuelven impracticables después de la lluvia. Las mas frecuentadas – o donde hay empresas importantes- son arregladas por maquinaria que las vuelve a alisar, mas o menos, cada tanto tiempo. Las otras, pueden permanecer impasables por dios sabe cuanto tiempo… El polvo es omnipresente. La gente es grosera, y manejan como salvajes. Curiosamente de los más cafres son los chóferes de los transportes turísticos… Debe ser que los turistas TIENEN que llegar a tiempo… aunque sea en pedazos. El otro día oía en el radio que hay alrededor de 500 muertos al año en accidentes automovilísticos en la zona de Los Cabos (Cabo San Lucas, San José y aledaños). Y la persona que decía esto era… un promotor de la cultura de la donación de órganos. Es decir, si usted va a manejar como bestia, para terminar matándose en cualquier esquina, no sea mala onda, mínimo déjenos sus riñones o su hígado, alguna cosita por ahí que no haya salido muy dañada en el choque…


Seguido me acuerdo de ese dicho, que si México no existiera Kafka lo habría inventado.


Pero dudo que se hubiera mudado para acá.


Y hablando del radio, en el noticiero local, inician siempre recordándonos que se puede escuchar esta estación en todo el mundo a través de su página de Internet. Y proceden a decir “si usted no ha visitado Los Cabos, venga, no se lo pierda, de verdad que vivimos en un paraíso, no sabe lo que se pierde”. Cada que oigo eso se me retuerce el estomago.

¡Vaya paraíso! Aquí anuncian en el radio –diez veces por hora- que hay que tratar bien al turista ¿y a los residentes qué? La gente local echa la culpa a los de fuera. Alguien que conozco de por aquí dice que los de guerrero “son muy dañosos…”. Yo pienso que la cosa esta así: los locales resienten a los que llegan de fuera y agarran chamba (porque tienen mejor educación, saben inglés, etc.) así que en cuanto te oyen acento de fuera, o ven que las placas de tu carro son de fuera, te tratan con los pies. Y el que llega de fuera pronto aprende que si se detiene en el alto, el de atrás le mienta la madre, a gritos, por la ventana del coche. Que si se estaciona respetando los lugares del estacionamiento en la tienda, llega otro que se estaciona a un lado y abre la puerta de trancazo dejándole toda la pintura del coche rayada. Que si espera su turno, algún otro se mete y dice que ya estaba antes pero que había ido al baño… Que si suelta su carrito de la compra, alguien se lo lleva, dejando sus cosas tiradas por ahí (las que ya habían sido seleccionadas y estaban en el carrito). Y entonces, ¿qué pasa? Pues que uno se adapta. Y empiezas a brincarte el alto, a no ceder el paso a los peatones, a estacionarte chueco ocupando dos lugares pa’ que no te rayen tu coche, a brincarte la fila, a ser mas gandalla que el de enfrente, antes de que él lo sea contigo. Dejas de poner tus direccionales porque si el de atrás se da cuenta que vas a dar vuelta, se adelanta y se te cierra.


Y el resultado final es que la vida en esta ciudad es fea. Ni ganas dan de salir. Amen de que para salir ocupas una lana porque todo esta carísimo. Empezando por la renta. Aquí no rentan casas ni departamentos. Rentan cuartos. Si, cuartos, de tres por tres (a lo mucho de cinco por cinco) que tienen un baño (sin puerta) en una esquina, y un zinc mas o menos adaptado a estar en la otra esquina funcionando como cocina; y una ventana. Y ya. Están hechos de puro concreto y se calientan como hornos bajo el sol del verano. Y por supuesto ni chanza de dejar la ventan abierta cuando no estas porque:


a) no tienen protecciones;

b) tampoco tienen mosquitera (en una zona donde hay mosquito del dengue!);

c) si no se meten a robar, te pintarrajean todo. El graffiti por aquí es casi como ponerse chones pa’ salir… todo esta pintarrajeado. La pared del fondo del patio de donde yo rento, esa pared que solo se ve si te metas mas atrás de la bolsas de basura que siempre deja el vecino, atrás, atrás, donde no da ni la luz del sol, ahí, esta pintarrajeada.


Pero volvamos a los “cuartos”. Por todos partes hay letreros de cuartos en renta. Los más baratos, con piso de cemento y de tres por tres, cuestan $1500 a la semana. De ahí para arriba. Y no solo hay un montón, ¡construyen mas! A un lado donde vivo, en un espacio que apenas daría para una casita de esas de interés social, a construyeron, en dos meses, cuatro cuartos minúsculos, que empezarán a rentar, seguramente, en cuanto hayan puesto marcos en los huecos para las ventanas y puertas. Media cuadra mas arriba también construyeron un edificio de dos pisos, que arriba tiene cuartos y abajo locales para negocio. Mero enfrente de una escuela que tiene kinder, primaria y secundaria. No quiero explicarle a nadie lo difícil que es estacionarse… Y constantemente me despierta el dulce canto de las alarmas de automóvil pues enfrente de los dep… cuartos, en el patio de su casa, un emprendedor cabeño instaló una especie de taller mecánico, donde siempre hay carros que al parecer, sufren fallas en su alarma, porque no hay día que no se disparen. Aquí todo mundo cree que la banqueta es suya, y no te dejan ni poner tu bolsa de basura. Bueno, puedes hacerlo, siempre y cuando nadie te vea. Porque eso si, ya que la bolsa esta ahí, no es de nadie, y los perros y gatos callejeros o cuasi callejeros (que abundan), son libres de abrirla, desparramar su contenido, elegir lo que sea de su preferencia, y dejar el resto disperso por toda la banqueta. La culpa siempre es del otro, así que nadie limpia, ni cuando tienes que ir brincando las gordas larvas de mosca que se retuercen en la arena bajo el asalto de las hormigas negras, rojas y pintas que andan por ahí ganándose la vida.


Porque he de explicar que la diversidad de insectos es sorprendente. Un día que se descompuso mi carro y por una historia larga de explicar pasé la noche entera sosteniendo una lámpara improvisada con un foco de esos ahorradores, me impresionó el hecho de que cada vez que quitaba los insectos de la lámpara eran diferentes. Vi al menos dos tipos de escarabajo gigante, unas 15 polillas distintas, unas seis especies de saltamontes, dos o tres grillos y unas dos docenas de cosas con seis patas – o sea que califican como insectos – a los que ni siquiera les puedo poner nombre.


Lamentablemente los mosquitos que transmiten el dengue están en la lista. Considerando esto, me sorprende que las ventanas no tengan mosquitera. Rara es la casa que tiene mosquitera en las ventanas. ¿Por qué? Misterio. Un misterio más. Otra cosa, para mi incomprensible, es que no hay malecón ni mala calle (de tierra aunque sea) que pase por malecón. Una ciudad costera turística sin malecón. ¿Cómo puede ser esto? Y es que todos los terrenos frente al mar, aun en plena ciudad, son propiedad privada. Y quiero decir TODOS. El otro día quisimos ir a sacar fotos del mar así como a distancia (paisajística), y no se pudo. No hay donde. No te puedes ni subir al cerro a sacar fotos desde arriba, porque el cerro también es propiedad privada, y hay guardias.

So much for paradise.

Posdata: tuve que interrumpir la redacción de este texto porque se fue la luz. Como dependo de una hornilla eléctrica para preparar mis sagrados alimentos, me he visto obligada a mascar unas galletas para callar los gruñidos de mi estómago, mientras pienso que justo esta mañana decía en el radio, un representante de la CFE, que dicha institución se anticipa en cinco años a las necesidades de la población, por lo que los requerimientos de energía eléctrica de Los Cabos están cubiertos por los próximos diez años… Pa’ creerle a los servidores públicos del paraíso.

No todo es malo. Hay, hummm, pues, otros chilangos perdidos en este infierno, que en cuanto se enteran de que uno también es chilango, son muy buena onda.

Deberíamos exportar más chilangos. Se vuelven más humanos cuando los sacas de la ciudad.