Friday, December 11, 2009

Dos recomendaciones

Para aprender idiomas (¡Todos!)
http://www.livemocha.com

Animacion con fotografias - está muy padre:
http://www.youtube.com/watch?v=m9Et7UQh1tg

Tuesday, December 08, 2009

Puentes


Pues resulta que los puentes frente a Soriana si son puentes. Y el extraño artilugio que llevan encima es para poner anuncios enormes: uno de cerveza y el otro del descuento que te dan si pagas a tiempo el predial.
Por supuesto que, para fomentar y estimular el uso de los puentes, fue necesario poner malla ciclonica en el camellón, a fin de que los peatones cruzen por el puente o cruzen por el puente. Para eso resucitaron la materia de educación cívica...
En fin, que me habría gustado mas el Chancho Claus gigante con todo y trineo...

Como de momento no tengo mas inspiración, dejo una foto. Es una flor de biznaga.

Tuesday, November 17, 2009

Los Puentes

Frente a Plaza La Paz (osea, donde está el Soriana), pusieron dos puentes peatonales. Uno sobre Forjadores y otro sobre Colosio (que son avenidas perpendiculares entre si, con mucho tráfico).

Ninguno de los dos sirve.
El de Colosio es de rampa. La rampa está larguísima (dá tres vueltas sobre si misma), y no he visto a nadie subirla (pero creo que el puente ya está abierto, aunque se tardaron lo suyo para completarlo).
El otro puente es aun mas interesante. Son simples escaleras de cada lado. Lo terminaron primero que el otro (hace como un mes, de hecho). Aun está cerrado. Y quiero decir cerrado. Tiene unos pedazos de lámina amarrados al frente de cada escalera, de modo que no se puede usar ¿por qué? ¿Para qué hacer un puente peatonal, y cerrarlo a los peatones?

Tengo varias teorías:

Están esperando a que Calderón venga a inagurarlo (es el segundo puente peatonal en existencia en esta ciudad - todo un evento !!!???)

No es un puente, es un adorno navideño. El "puente" tiene en la parte superior, en vez de un techito para el sol, una especie de soporte que sube, triangular en corte transversal, hecho de tubos, y que sospecho está ahi para sostener un Chancho Clos gigante, con todo y trineo y renos (gigantes también, pa´que se vean bien bien desde lejos). Las escaleras que uno creería, inocentemente, son para que la gente pase la calle sin que la planchen, en realidad están ahi para que los trabajadores del municipio puedan poner los renos y el trineo sin daño a su integridad física (supongo que los personajes estarán siendo construidos en el mismo taller en que hacen los carros alegóricos para el carnaval).

No han abierto el puente porque no quieren que se suiciden tirandose de ahi los desempleados de la crisis (estorbarían el trafico vehicular).

No es un puente, es el inicio de un pasaje comercial elevado (ya que en el solar donde está Soriana, Telcel, Burguer King, Dorian´s-ahora-Sears, Cinepolis, Office Max, City Club, Coppel y diversos changarritos, com se podrán imaginar, ya no cabe otro alfiler). Esta opción me parece poco viable, sin embargo. Dada la hue... flojera con que el paceño promedio se conduce por la calle, dudo que suban escaleras para comprar algo, lo que sea (a menos que tenga el aire acondicionado a 15 grados en verano - como suele suceder).

Visita a Cabo San Lucas
Tuve que ir a Cabo. En algun escrito anterior mencioné que a la entrada de la ciudad habían pintado sendas franjas amarillas y puesto letreros que avisaban de un tope (reductor de velocidad, decía), pero que el dicho tope brillaba por su ausencia.
Pues bueno, ya pusieron el tope. Justo sobre la franja amarilla, así que ya no hay señal alguna que lo marque (los letreros debieron evaporarse, supongo, o algo asi, porque ya no están).
Es decir, que en Cabo San Lucas o hay señalización de tope o hay tope pero no los dos. Parecen ser mutuamente excluyentes.
Ni siquiera puedo empezar a imaginar porque. ¡No! esperen, si se me ocurre algo. Quizá la autoridades del municipio creen que las señales de tráfico son para que no se equivoquen de lugar los trabajadores que van a poner el tope. Esto explica porque además de poner el tope sobre la raya amarilla, quitaron los letreros. Con mucha conciencia ecológica, los están re-utilizando para señalar el sitio de algún otro futuro tope.

Como me alegro de haberme mudado a La Paz.

Tuesday, November 03, 2009

La Paz, BCS

Vivir en La Paz

Me he vuelto a conectar al universo. Es decir, ya tengo Internet en casa.

Mucho ha pasado en La Paz, y también en mi vida, desde que regrese a este ‘puerto de ilusión’.
Los nuevos comienzos (valga la redundancia) son amargos, mas cuanto eran altas mis expectativas iniciales. Por suerte para mi el trago amargo parece estar endulzándose un poco, y las cosas empiezan a mejorar. Prueba de ello es que ya tengo Internet.

La Paz es:

Un calor que te aplasta contra las banquetas en verano y no quieres ir ni a la tiendita de la esquina.

Una lluvias torrenciales que debemos agradecer al cambio climático global (porque no llovía así hace 15 años ni mucho menos hace 20); las calles se convierten en ríos, que ocultan hoyancos traicioneros que amenazan con trozar tus llantas y sus ejes.

Una nube de ‘bobitos’ (mosquitos pequeñitos que no pican pero como fastidian) esperando y acechando para caerte encima en cuanto das un paso fuera de tu casa.

Puestos de hot-dogs. No hay muchos en la colonia donde vivo, pero hay mas que en cabo – y están mas buenos.

Amistades. Aquí si conozco a mas gente, aunque no sean docenas y docenas.

Paisajes preciosos, lunas hermosas, cerros verdes (de nuevo, las lluvias…).

Y por fin, rentar una casa que es casa y no una caja de concreto que pasa por vivienda y es peor que un corral para conejos.

Finalmente, la determinación de ya quedarme aquí, como sea y de alguna forma, que se traduce inicialmente, en contratar teléfono y actualizar mi dirección en el IFE, por primera vez en los últimos cinco años.

Monday, August 24, 2009

“Ya ni el futuro es como antes”

“Ya ni el futuro es como antes”
Frase escuchada en el programa “por las mañanas” del canal 11.

Tengo 36 años y de repente me doy cuenta que estoy en ¨crisis¨. Pero ésta es diferente.
No encuentro trabajo. Todo lo que he hecho en mi vida profesional, es dar clases. Soy maestra, pues. Realmente no he hecho nada más. Ahora, las clases que me habían prometido en cierto colegio de La Paz, valieron, pues a la hora de la hora nomás me dijeron que siempre no… y de repente me descubro desempleada. He metido solicitud por todos lados, para secre, cajera, empleada de limpieza, lo que sea… Nadie me quiere, ni pa´ limpiar casas.
¿De verdad soy tan inútil que ni siquiera para barrer y trapear puedo conseguir trabajo?
En fin…
Eso me remonta a algo mas: comentarios de excompañeros de la universidad. Una amiga me dijo hace no mucho, que me considera un talento desperdiciado. Otro me pregunta “¿Eso es todo lo que vas hacer con tu vida? ¿Dar clases?” Y lo dice con un tono como si estuviera decepcionado. Que poca cosa, que mediocre, dar clases.
Me gusta dar clases. Si, me gustaría dedicarme a alguna noble tarea de investigación para hacer avanzar a la ciencia y el progreso y todo eso, pero… bueno, como sea, pretextos hay muchos. No los enlistaré. Mala suerte, malas elecciones o lo que sea, el caso es que no ha sido a eso a lo que me he dedicado, lo que tengo enlistado y descrito como “experiencia laboral” en mi curriculum es, básicamente, dar clases.
No entiendo porque personas con alto nivel de estudios, como muchos de mis excompañeros de universidad, menosprecian tanto la actividad de educar. Probablemente no necesitaba una maestría para dar clases a nivel secundaria, pero aun así ¿de que sirve la ciencia y el progreso si la gente de la calle no hace, de una manera u otra, suyo ese conocimiento y lo aplica? ¿De que sirven los avances en el conocimiento de la ecología, si la gente común sigue tirando basura en la calle? ¿Cómo cambias eso? Con educación. A niveles básicos, porque luego los adultos ya están maleados y no los haces cambiar de manera de pensar ni de actuar. Y sin embargo, hay quien piensa que mi educación ha sido un desperdicio porque la uso para educar a otros.
Me deprime, me siento doblemente fracasada: ni cumplo con sus expectativas, ni tengo trabajo, ni puedo mantener a mi hijo, ni sé que chingados quiero ya de la vida.
Si, me habría gustado dedicarme a la investigación, pero ahora me doy cuenta que en realidad me enfoqué mucho a terminar la carrera, primero, la maestría después, y luego un doctorado del que nunca me titularé, sin realmente dedicar mucho tiempo a pensar o planear que iba a hacer después. Y las circunstancias me llevaron a dar clases, y descubrí que me gusta hacerlo (si, aunque a veces quisiera estrangular a algunos de mis alumnitos). Pero resulta que no está bien, porque es un desperdicio…
Y lo peor del caso es que de alguna manera si lo fue, porque si en vez de ponerme a estudiar, me hubiera puesto a trabajar, ya tendría un empleo seguro, con algunos años de antigüedad, un buen crédito para comprar casa, o a la mejor, ya hasta tendría casa.
Ni me titulé del doctorado para dedicarme a la investigación, ni tengo artículos publicados, ni me puse a trabajar pa´ ganar dinero, ni tengo casa, ni tengo chamba, y, 10 años después de titularme, sigo durmiendo en una colchoneta en el suelo porque no tengo ni para comprarme un colchón. Bueno. Tuve un colchón. Lo vendí para irme a Querétaro a atender a mi padre, que estaba enfermo y solo. A cambio, perdí todo lo que tenía en La Paz: la casa que rentaba y que ya hasta había pintado de un color que me gustaba, la chamba que tenía, no acabe mi tesis ni publiqué mi artículo, no termine la nivelación pedagógica. A cambio, él le dejo la propiedad de la casa a mi hermana, y yo me regrese a la baja con el estigma de ser una jija del ::::::: y la certeza de ser un estorbo para la “familia”.
El lunes empiezan clases, y yo no voy a estar ahí. Tal vez logré chamba vendiendo celulares – es la única solicitud que he dejado que de hecho me han dado una respuesta positiva.
En el canal 11 el otro día estaba oyendo un programa sobre “la segunda adolescencia” (mas conocida, creo, como la crisis de la edad media). Lo malo es que yo siento que no he dejado de “adolecer” desde que tengo memoria, si no es de una cosa, de otra.
Para saber que significa “estabilidad” necesito consultar un diccionario. ¿Irá a ser así toda mi vida? ¿Siempre a salto de mata y sin poder descansar y dejar de preocuparme, al menos un ratito? ¿Será iluso creer que es posible alcanzar “la estabilidad”? ¿No será la dichosa estabilidad como la ciudad Del Dorado y La Atlántida?
Por eso me gustó la frase: Ya ni el futuro es como antes…

Thursday, July 23, 2009

Memoria, personalidad e identidad

Cuando una persona sufre amnesia total su personalidad cambia. No es la misma persona. Shrek explica a Burro que los ogros son como las cebollas, pero todos somos cebollas… capa tras capa de pintura y laca (nuestra “educación”) entremezcladas con los sedimentos de la experiencia, y uno que otro fósil que preferiríamos olvidar.

Si pudiera recordar el futuro ¿Qué diferencia habría?

Si no puedo recordar el pasado, si mi memoria es confusa y borrosa, imprecisa y subjetiva; si recuerdo las cosas no como fueron, sino como las recuerdo; y si esos recuerdos van y vienen como los sueños y a veces parecen menos reales que el sueño. Si tantas y tantas cosas no quedaron registradas, o han sido enterradas bajo el peso intangible de tantas mas; si mi infancia es un lago turbio y profundo, impenetrable, y mi juventud una casa de espejos llena de imágenes distorsionadas y fuera de contexto; si solo tengo treinta y seis años y no puedo ponerle fecha al día en que nos conocimos (¿cuántos años atrás?) ni recordar la última conversación que tuvimos (¿dónde? ¿de qué hablamos?), si es así ¿cómo será cuando tenga sesenta años? ¿Cómo sé que no recuerdo, de hecho, el futuro, y lo confundo con todo lo demás?

¿Quién soy yo si mi mente viaja sin dirección en el tiempo? Porque ya soy lo que seré, en algún rincón, y si ahora mismo no me encuentro en mi memoria abarrotada de espacios vacíos ¿quién seré cuando tenga treinta años más de memorias olvidadas?

Hace algunos años escribí un diario, por poco tiempo. Ahora lo releo y no me reconozco en mis palabras. Si escribo un diario hoy, no seré “yo” quien lo relea en 5 o 10 años. ¿Debería hacerlo, debería tratar de anclarme a este momento, aún sabiendo que probablemente el ancla se quedará y yo seguiré derivando, siempre quien soy, invariable pero nunca la misma? ¿Con qué afán aferrarme a este momento, a este día y a esta hora, a este “yo”, si sé que se olvidará, que me olvidaré a mi misma, que me reinvento cada mañana, cuando me desenredo de la madeja de sueños y memorias, de deseos e irrealidades, con la que voy tejiendo una identidad, que tras el paso de las agujas poco a poco de nuevo se desmadeja? Solo soy una trama casi virtual, con una realidad precaria e inestable, la porción media de una infinita bufanda, cuyo inicio se ha perdido, mientras se teje de un lado y se desteje del otro. El pasado me ha hecho lo que soy, supongo, pero ya no tengo pasado, lo perdí, solo quedan las declaraciones de los testigos presentes, peor aún, el resumen ejecutivo de dichas declaraciones…

Soy lo suficientemente vieja para decir “hace diez años”, pero no recuerdo esos diez años y solo sé que comí ayer porque los restos aún están en el bote de basura… Mañana pasará el camión de la basura; para en la tarde ya no sabré que comí ayer, ni tendré modo de recuperar esa información.

Según la física el tiempo es como un rollo de película: toda la historia está ahí, pero solo la puedes ver secuencialmente. Mi futuro me espera y yo lo revelo a paso de tortuga, obligada por la física a vivir un segundo a cada segundo, y a olvidarlo de inmediato, para vivir el siguiente segundo. La memoria desafía al universo y sus leyes, resumiendo los segundos… como un corresponsal de guerra que trata de escribir su historia mientras cuenta los intervalos entre bombazos y trata de mantenerse vivo.

Recordar tu vida es como leer la parte de atrás de la cajita de una película: no dice mucho, es imprecisa, carece de detalles, y en ocasiones la información es completamente errónea, como si el redactor no hubiera puesto atención a la película, o como si se hubiera equivocado de película.

Sunday, July 05, 2009

Proximamente, La Paz...

Estoy a una semana – más o menos – de mudarme a La Paz. No tengo casa, no estoy segura aun de si tendré trabajo – es muy probable que si tenga, al menos, unas horas de clase en una secundaria particular – no tengo casa, no he podido quedar con algún cuate para dormir en la paz una o dos noches en lo que rento algo… Mi hijo, por supuesto, no tiene escuela aun, no sé en cuanto me saldrá rentar una camioneta par mudar todas mis cosas de regreso en un solo viaje (en vez de media docena de vueltas, que es lo que me costó traerlas), etc., etc.
No sé nada, mi paciencia es corta estos días, y par acabarla de amolar, el museo, que es donde vengo a conectarme, esta lleno de mosquitos y me están pique y pique. Otra vez se me olvidó venir de pantalones (y es que además, hace calor…). Ando media neuras y con la idea de que me sentiré mejor una vez me haya mudado, pero ¿será verdad? ¿No me limitaré a cambiar unas neuras por otras?
Tengo tantas expectativas…y eso es malo, porque esperar mucho es la manera más segura de desilusionarse. Por otro lado, si no tuviera expectativas ¿para qué moverme?
¡Ufff!!! Sería más fácil vivir si no pensara tanto. Creo que Vidal tiene razón: a mi no me faltan tuercas, me sobran, y andan rebotando por ahí dentro, desencajando el resto de la maquinaria…
En fin, me falta como una semana para estar en La Paz… A ver como nos va.

Friday, June 12, 2009

Mas realidad... ¡Noooooo!

Sigo siendo el changuito cilindrero de la escuela en que trabajo.

Es decir, otra vez hubo que cambiar calificaciones para que los “clientes” estén satisfechos…
No sé, tal vez todas las escuelas particulares son así, así es como funciona el sistema y la que está mal soy yo por ofenderme…


No sé. Si yo estoy pagando por la educación de mi hijo, espero que se le eduque, que aprenda. Y si no aprende, si no hace su trabajo, pues que repruebe. Eso también es educación: se llaman consecuencias; y es mejor que lo aprenda de chico y no de grande, cuando las “consecuencias” suelen ser peores y mas dañinas que solo repetir año o irse a extraordinario…

Hace algún tiempo hice un “test” de Internet, para ver cual es tu alineamiento (alignment) – que es una característica de los personajes que creas para los juegos de rol. Hay de dos: bueno , neutro y malo; y obediente de las leyes (lawful), neutro y desobediente (chaotic); esta opciones se combinan entre si. Yo salí – mi personalidad real, no la del juego – “lawful good”, o sea, buena y obediente de las leyes. Pensé que el test no sabía lo que decía. Lo estoy re-pensando.¿ Por qué me ofende tanto que la administración de la escuela rompa sus propias reglas para favorecer a los niños que mas pagan o que tienen mas influencias? Después de todo, así es como funciona el sistema… Pero me ofende y me indigna.

Soy mucho más “lawful” de lo que me conviene, ¡maldita sea!

Se llama honestidad, y no hay lugar para gente como yo en este mundo.

Por lo pronto, debo encontrar otro trabajo. En otra escuela, de la que seguramente también me desilusionaré, pero tendrá que bastar en lo que hallo chamba en algo que no sea educación particular… En donde seguramente harán transa también, y lo único que deseo es que no me toque enterarme. Si, yo sé que eso es cerrar lo ojos a la realidad, pero no puedo cambiar la realidad: si no te pliegas a lo que dice el jefe, te corren y ya.


Mi corazón está roto, mi autoestima es microscópica – y se esconde en las alcantarillas, es decir, lo haría si hubiera alcantarillas en esta ciudad – mi trabajo es cada día mas insatisfactorio…

¡Cómo extraño La Paz! Y no porque las cosas sean mejores, sino porque ahí puedo al menos irme al malecón a ver el mar y eso me tranquiliza… me permite pensar “bueno, la vida es una mierda, pero al menos puedo venir a ver el mar…”

Extraño el mar. Necesito el mar. Quiero volver al mar. Es el amante más indiferente que he tenido, pero sigue ahí para mí. Y es tan hermoso, que solo el verlo me es suficiente.


Sunday, May 24, 2009

Reir es bueno


Creo que ya todo mundo ha visto este dibujo sobre el temblor y la influenza, asi que espero no me echen a los lobos por los derechos de autor...
No se donde se publicó originalmente; a mi me la mandó una amiga por correo.

Sunday, May 17, 2009

Textos del pasado

Buscando un poema que no podía recordar, releí algunas de las cosas que he escrito en el pasado. Algunas me sorprenden, tanto, que me digo a mi misma ¿si yo sabía esto hace diez años, porque sigo metiendo la pata hoy?

Sobre el miedo.
El miedo es solo una puerta. Una vez que encuentras la llave ya no vuelve a causar problema. Pero es necesaria atravesarlo en cada ocasión. Solo un idiota no tiene miedo. El miedo no es el enemigo; enseña a respetar y comprender. Quien respeta puede comprender, y con ello aceptar. Con la aceptación de lo que es como es viene el conocimiento. Entonces el miedo ha cumplido su función. Ya no se teme, se acepta y se respeta. Esto es un grado de libertad.
(Escrito en 1996 ó 97).

Miedo sigo teniendo. Generalmente no me detiene. El lado bueno de eso es que hecho muchas cosas, y el lado malo es lo mismo…. Eso, supongo, es lo que se llama ironía.

Sobre el dolor.
Cuando estoy sola. Es cuando estoy sola que mi rostro toma la máscara de plata que llora sangre. Cuando estoy sola y sin ojos, es cuando los recuerdos vuelven y me roen las entrañas. Poquito poquito, solo lo suficiente para que el agujero en mi vientre se llene de inquietud. Poquito poquito, para que la comida se me pudra en el estómago y respirar duela. Para que quiera abrirme el cráneo en las paredes y dejar escapar la sangre, esa sangre que vive tan a disgusto en mi interior. Es tan delicado el velo que me separa de la apariencia.
(Algún momento entre 95 y 97)

El dolor sigue siendo igual. Sigo deseando abrirme la cabeza en las paredes. Algunas cosas no cambian.

Sobre el amor (¿) y otras emociones.
En mí está la habilidad de evitar la pena, el dolor, la enfermedad, el fracaso, la ira, los celos, la humillación, el pesimismo. En mí está la habilidad de lograr lo que deseo, de cumplir mis metas. En mí está la fuerza para caminar y el conocimiento del camino que debo seguir. Esto me coloca parte de los demás, porque no es de ellos que obtendré lo que deseo ni son ellos los que pueden alegrarme, curarme, cuidarme o guiarme. Este conocimiento me hace libre, independiente, y me deja sola… más allá de todos los otros. Que dolorosa es la libertad.
Ahora sé lo que es el amor. Es la sensación de paz, de “llenitud” (sic), de no estar solo. Y ahora sé que solo puedo enamorarme de alguien que como yo, camine bajo su propia égida. Alguien, que por esa misma definición, no me necesita y nada le retiene junto a mí, y puede irse cuando le plazca. Y ese pensamiento me produce dolor, y me digo que yo tampoco lo necesito. Pero es mentira; le necesito para compartir toda la belleza que veo.
La fuerza que nos une es que nada nos ata.
1993

Mmm, bueno, aquí hay verdades y errores… Teoréticamente está en mí toda esa fuerza. Esto lo escribí en una época en que creía que yo debía poder todo yo sola. Muchos años, errores, dolor propio y ajeno, me ha tomado aprender que no puedo yo sola con todo, que definitivamente necesito a otros a mi lado sin importar que tan fuerte soy. Que hay fuerza también en aceptar esta necesidad. Que siempre eres mas fuerte cuando peleas por otros que cuando peleas por ti mismo (¡esa lección se la debo a mi hijo!).
Mi libertad y mi soledad dolían porque las estaba entendiendo mal. También me costó trabajo darme cuenta y aceptar que otros me necesitan, a veces, y que otros pueden beneficiarse de mi existencia. Aun ahora, a veces, me cuesta aceptarlo. Y si yo necesito alguien con quien compartir, es claro que alguien más me necesita a mí también para compartir… Suena obvio, pero me tomó años comprenderlo.
No todos los errores, dolores y miserias varias de la vida son evitables. Algunos son lecciones necesarias. Otros muchos me los infligí a mi misma, debido a expectativas irreales. Y aún ahora sufro innecesariamente. Me da por sufrir por un futuro que no ha llegado, lo cual es bastante idiota. Creo que hay que esperar lo mejor, sabiendo que lo peor es una posibilidad, pero sin entregarte a ello antes de tiempo. ¿Para que sufrir por adelantado? Si fallo, si tomo la decisión equivocada, pues ni modo, pagaré el precio en su momento, pero en la vida no puedes abonar por adelantado. El futuro no existe, solo el presente está aquí, y como dice la tortuga*, es un regalo.
Hay que vivir en el aquí y el ahora. Es una lección importante que no acabo de aprender, pero, afortunadamente, tampoco la olvido. Y cada día es una nueva oportunidad para practicarla.

*La tortuga U-Wen, en la película de Kung-Fu Panda. Hey, wisdom comes in many forms…
Para mas referencias sobre el mismo tema, “La isla” de George Orwell.
“El Manual del Guerrero de la Luz” de Paulo Coelho (apenas lo estoy leyendo).
Un libro sobre bushido que me prestó un amigo “One flash of ligthning” de Stephanie ST Russell (no estoy segura sobre la ST, de repente no entiendo mi letra – es medio fea, sobre todo cuando escribo al revés, estilo Leonardo Da Vinci).
He leído más sobre esto mismo en otros libros, que ahora no recuerdo. Dos de ellos probablemente son “El Tao de la física” de Fritjof Capra e “Historia del tiempo” de Stephen Hawkins.

Sunday, May 10, 2009

Educación privada en México

Estoy agüitada.
Hubo muchos reprobados en dos de mis clases: química de prepa y química de secundaria.
Me hablaron de la dirección para decirme que por supuesto no pueden entregar boletas con esas calificaciones y que hay que pasar a los niños, como sea.
Química de prepa no me preocupa mucho: estoy consciente que la materia se les hace difícil, y hay dos que tres en el salón que realmente no les importa, pero en general es un buen grupo y solo necesitan hacer más ejercicios y practicar mas para que desarrollen la habilidad requerida. No me pesa mucho subirles calificación porque en realidad no estoy de acuerdo en el valor porcentual del examen – yo creo que debería valer menos de lo que vale. Pero en fin.
Ahora que química de secundaria…
Tengo ahí trece o catorce alumnos – casi la mitad del salón – que realmente no les importa ni la materia ni la calificación. No entregan tareas, no hacen el trabajo de clase, no entran al laboratorio, y si entran no se molestan en entregar el reporte de práctica. Por supuesto que les va MAL en el examen.
Y parcial tras parcial uno tiene que sacarles el trasero del sartén. ¿Cómo les va a importar, cómo les va a preocupar, si ya saben que no reprueban? Que ahí está el sistema y el dinero de papi para asegurar su calificación. Y entonces el mal se autopropaga: si pasé este parcial sin entregar una sola tarea o trabajo, seguro también paso el otro, y el que sigue, y el que sigue. Y como nunca hay consecuencias, nunca hay cambio de conducta ni se enmiendan ni les importa; lo que es peor, como los demás observan que no hay consecuencias, agarran también esa actitud, y cada parcial son mas los niños a los que hay que sacar del sartén con pinzas… no sea que los papas se vengan a quejar.
Es deprimente. ¿Cómo se supone que los puede uno educar así? ¿Cómo puedo enseñarles nada? Es decir, yo puedo ir y dar mi clase, pero ellos no aprenden nada ¿para qué? El numerito en la boleta ya lo tienen asegurado. Sus padres no pagan por su educación, pagan por ese numerito aprobatorio.
Si ya sé: si no me parece esto, no debería dar clase en escuelas particulares… Pero es que hay que comer.
La primera vez que me salieron con una onda así, me indigné, pataleé y demás. Ahora ya ni me enojo, nomás me aguito. ¿Qué puedo hacer? Por un lado se me pide que dé bien mi clase, que controle al grupo, que entregue planeaciones, que haga ejercicios con los chavos, que les dé asesoría, que prepare mis clases con tiempo y materiales novedosos, que califique bien y a tiempo, que reporte a todos los que no entregan tareas y demás, y que les caiga bien a los chavos para que ellos me den buena puntuación en las evaluaciones a maestros. Pero por otro lado, tengo que hacerme sorda y ciega, cuando es obvio que se desaprovecha todo mi esfuerzo: es igual que califique las tareas y trabajos o no, dado que de todos modos tengo que subirles puntos – que no se merecen – por aquí y por allá, pá que pasen. ¿Qué más da que prepare mis clases, si lo que ellos quieren es no hacer nada de trabajo y mi calificación en la evaluación mejora en la medida que ellos tienen que esforzarse menos?
En esta escuela, contrario a las apariencias, cada vez siento mas que no me pagan por trabajar si no por des-trabajar: mientras menos me esfuerce, mejor. Yo me estreso menos, ellos son más felices porque echan mas la hueva, y la dirección es más feliz porque las calificaciones son mas altas y los papas no se vienen a quejar.
Quedan dos meses de clases, y yo creo que voy a tirar la toalla. Ya no voy a calificar tareas y reportes de practica de laboratorio; ni a evaluar los trabajos de investigación ni los trabajos de clase. El que lo entregue tiene ocho (como sea, me niego a ponerles diez de gratis) y el que no cinco – así el promedio tanto individual como de grupo es mas alto y todos están contentos.
Con razón la educación en México está en la calle de la amargura. Ni ganas dan de esforzarse. Porque para todos es claro, que si tengo muchos reprobados, la que está en falta soy yo. No importa que tenga registrado y reportado cada trabajo, tarea y ejercicio que estos chavos no han hecho; la falta es mía, aunque sean ellos los que no trabajan (y no exagero: de los trece reprobados, hay cinco que en todo el parcial no han entregado un solo trabajo; y todo eso está reportado en papelitos que los papás deben firmar cada semana. Despite which, is my fault that the kids are failing… What am I supposed to do: beg them, haunt them, what?
Cada año bajo más y más mis estándares de clase, de trabajo, de cumplimiento de formato y de fechas de entrega; cada año les pido menos… y cada año estoy más y más descorazonada: no estoy educando a nadie. Es deprimente.
No sé si mis alumnos están aprendiendo algo, pero lo que yo estoy aprendiendo es que no vale la pena el esfuerzo, que mientras mas te prepares peor te va, que el que es mas transa y ojete triunfa sobre los demás, que el principal premio a la honestidad es que te chinguen con mas ganas…

Saturday, May 02, 2009

Ciudad Influenza

Me desespera ver a las personas con su tapabocas en la calle, o en el super. Me pone de mal humor porque yo se que el tapabocas no sirve de nada ni evita el contagio. En la página de Internet del gobierno de Canadá (si, rápidamente armaron una pagina especialmente para informar sobre este brote de influenza), decía, en esa página, avisan a la gente que el tapabocas no sirve de mucho y que es mejor tomar otras medidas. En cambio en México, ni el gobierno, ni los noticieros ni nadie le avisa al “pueblo” que el tapabocas no sirve. La maestra de mi hijo le dijo que se pusiera tapabocas y no se lo quitara… Trabajo me costó convencerlo de que no se iba a enfermar, que el tapabocas no sirve de nada, y al final terminé por enojarme y casi a gritos, explicarle que no iba a usar un tapabocas porque yo no pensaba gastar dinero en comprar algo que sé que es perfectamente inútil. También de mal humor, le dije que no se iba a enfermar, y que si enferma no importa porque yo sé perfectamente bien que medicina tomar, cuando, cuantas, por cuantos días, y también sé cual es el compuesto activo, exactamente que le hace al virus, y que la influenza no te mata de todos modos, lo que mata gente es no cuidarse y terminar en el hospital con neumonía. Todo lo cual explique en tonos de voz cada vez mas altos y exasperados, hasta que el pobre chamaco dejó de insistir, no sé si porque se convenció, o porque yo ya estaba muy enojada. Me molesta que le vean a la gente la cara, me encabrona que dejen que “cunda el pánico” y me enoja aún mas cuando pienso por ejemplo en mis alumnos de primero de secundaria, que no quieren aprender que es una proteína porque, según ellos, eso nunca les va a servir para nada.
Y el día que hay una “pandemia” nadie entiende que carajos es un antígeno y que tiene que ver eso con la medicina y mucho menos con el sistema inmune. Si nos ven la cara de pend… por ignorantes. Y me incluyo en la lista por pura solidaridad, porque al menos a mí, en esta ocasión, no me dan batea de babas.


Me pone fúrica la gente que quiere ser ignorante, que se esfuerza, día a día, por saber lo menos posible, por aprender lo mínimo indispensable para irla pasando, y que no intenta comprender el como y el porque ni siquiera de ese mínimo indispensable que no les queda de otra que aprender.
Y por eso, en vez de que la gente comprenda “la amenaza” y tome medidas realistas, vemos a los diputados en cadena nacional, comiendo tacos de carnitas para que los criadores de cerdos no pierdan dinero porque bajaron las ventas…

De veras que Kafka nos ha de estar viendo desde el mas allá y acumulando ideas para su próxima vida – si es que no se le está partiendo la tripa de la risa.

Por demás, la vida sigue normalmente. La gente va al Soriana con su tapabocas para no contagiarse, y cuando han terminado sus compras, se sientan en el pasillo de alimentos (food court) frente a las cajas, se ordenan una hamburguesa o una torta, por supuesto se quitan el tapabocas para comérsela (y como nomás se lo acomodan el cuello se llena de migajas y saliva), se compran un refresco familiar y lo comparten entre todos, con el mismo popote y del mismo vaso, justo en la zona de la tienda donde hay mas gente – todos comiendo, platicando, tosiendo cuando se les va por donde no, y en general esparciendo toda clase de patógenos con enjundia y felicidad. Luego se vuelven a poner su tapabocas (para entonces casi seguro salpicado con algunas gotas de saliva de todos los presentes en la mesa), y se van a su casa, muy satisfechos consigo mismos porque “se están cuidando”.

Lloraría de frustración, pero me choca que me escurra la nariz. Groening* tiene razón: ante tanta estupidez, solo queda la opción de reírse… mientras te golpeas la cabeza con la pared.

Sunday, April 12, 2009

Cabo San Polvo

Cuando vivía en La Paz (aahh, La Paz… espero pronto regresar) era lugar común quejarse del polvo: “es que ya sabes, el polvo de La Paz…” era una frase habitual (no, ¡aún lo es!) en la conversaciones tipo “ama de casa”, hablaras con quien hablaras (esto es, los hombres – al menos los que viven solos y tienen que hacer el quehacer, aunque sea de vez en cuando) también se quejan del polvo. Y es que el polvo es ubicuo, se cuela por todos lados, y como los pelos de gato, aparece hasta en el interior de recipientes que habrías jurado por tu vida, estaban herméticamente cerrados.
Pues ese polvo se queda corto comparado con el polvo de Cabo San Lucas. El polvo de La Paz es cafecito, color arena. Aquí, las calles también son de ese color, pero el polvo que se acumula dentro de la casa en que vivo es gris, gris como el de Querétaro o el del Distrito Federal. No se porque. Afuera, la calle es color beige, pero adentro, el polvo es gris, y se acumula tan rápido, sobre todo estos días que ha estado soplando bastante viento, que para cuando se han secado los trastes, ya los tengo que lavar de nuevo, porque están llenos de polvo.
No exagero. Lavo los trastes de, digamos, la comida, y si en la noche quiero usar ese vaso para servir leche, primero lo tengo que enjuagar.
Es un polvo finito, chiquito, que se cuela por la mosquitera de la ventana de la cocina. En el cuarto en que duermo no es tan fino, seguramente porque no hay mosquitera. Curiosamente hay más mosquitos en la cocina que en mi cuarto. No puedo ni empezar a explicarme porque. Ahora que ya está haciendo calor otra vez, no puedo hacer la comida o el desayuno en shorts: si no me pongo pantalones para cocinar, me comen las piernas.


Otro detalle curioso que creo que he olvidado mencionar son los bolillos acapulqueños.
Seguido pasa un carro de sonido anunciando los “auténticos bolillos con sabor acapulqueño”.


¿¿¿???

Yo asocio a los bolillos con el centro del país, es decir, el Detritus Federal… ¿Bolillos acapulqueños? Con la ventaja y el insigth que me proporciona vivir con una señora que lleva más de diez años en cabo, pues le pregunté a ella por los bolillos acapulqueños. Tampoco se los explica. Y la media docena de personas que he entrevistado al respecto coincide conmigo: los bolillos son como que del centro, no de Acapulco.
Otro misterio inexplicable.


Además de los bolillos acapulqueños (perdón, los “auténticos” bolillos acapulqueños), hay carros de sonido que venden tortillas y masa de tortillas del Amigo Roger (“¡masa para tortillas del Amigo Roger, la mas mexicana!”). La “mas mejor” tortilla mexicana, - con nombre de gringo – y el “autentico” bolillo acapulqueño, mas las descripciones del radio según las cuales, aquí en Cabo San Lucas vivimos en el “paraíso”… Esta debería ser nombrada la Ciudad de los Adjetivos Hiperbólicos; en fin… También hay “carros de sonido” (una descripción que sí se queda chica, cuando piensa uno en el $%&/ escándalo que arman) que venden agua potable Vida Viva o algo así; alguien mas que vende algo no identificado, porque nomás pasan lentamente tocando el claxon; pan de La Princesa (estos se anuncian con una canción de Tin-Tan: “…el pan, para comer, no sé qué y no sé cuanto y el que no sale a los portales se queda sin el pan para comer ♪♫); elotes y verduras diversas (¡Doña! Compre elotes, de estos que usted prepara como usted sabe prepararlos y que quedan tan sabrosos como usted los prepara! –verídico, eso dice, y cosas peores de incomprensibles – supongo que el truco es aperplejar al oyente pa´ que no sepa lo que hace); la competencia del amigo Roger, que son las tortillas del Farito “las verdaderas tortillas de la colonia Arcos del Sol” (¿qué las de otras colonias no son verdaderas??? Se anuncian como si la colonia Arcos del Sol fuera mundialmente famosa por sus tortillas) y por último (de los que recuerdo ahorita), unas camionetas cargadas de plantas que también circulan lentamente, a ver quién les compra, pero no traen altavoces ni pitan el claxon (dios los bendiga – aunque yo sea atea).


Todavía no he visto a nadie comprar nada de ninguna de estas camionetas y “carros de sonido”. Bastante deben de vender, sin embargo, pa´ que rinda el gasto de gasolina… Al menos la lógica me inclina pensar esto, pero cada día dudo más que la lógica haya llegado a Los Cabos alguna vez (excepto que quizá está aquí de vacaciones, es decir, de incógnito: por eso es irreconocible).

Sunday, March 29, 2009

Ciudad "cortés"

Hay una iniciativa en Cabo San Lucas para mejorar el nivel de educación de la población. Se llama “Sea cortés en el Mar de Cortéz”.

Les deseo suerte – la van a necesitar. Una de las cosas mas molestas de esta ciudad, es, precisamente, lo groseros que son sus habitantes.

Y una de las cosas que mas me molesta es que lleguen a las, digamos, tres de la mañana, de la pachanga o de donde vengan, con música (o lo que por aquí pasa por música) a todo volumen en el estéreo de su coche o camioneta, y nos obliguen a todos a escuchar su escándalo de borrachos, aunque al día siguiente sea miércoles y uno deba levantarse temprano a trabajar.

La hija de mi casera es de esas. Mi casera (la señora en cuya casa subarrendo un cuarto con baño) es muy buena persona: centrada y razonable (ultracristiana, pero, con todo, bastante respetuosa hasta en eso – no ha tratado de convertirme ni nada parecido). Sus hijas son harina de otro costal. Una de ellas, divorciada, no tiene casa fija y se le hace fácil venir a dormir a casa de la mamá cuando le da la gana, a la hora que le da la gana, y haciendo todo el escándalo que le da la gana.
Desde que la conocí me cayó en el hígado. Anoche la odié mas aun, pues a las 2:30 o así de la madrugada, llego con sus amiguitos, a “escuchar” rancheras a todo volumen y pegar de gritos, mentando madres y dando en general, un perfecto ejemplo de porque la gente llega a Los Cabos, pero nunca se va (nadie los quiere en ningún otro lugar, creo yo). La arañeja es una peste. Salió un vecino a pedirle, en buena onda, que le bajara al volumen porque hay gente que al otro día tiene que ir a trabajar. Le contesto tres babosadas y siguió con su escándalo. La odié, con todo mi corazón.


Explicado esto, dejo a la imaginación del lector, la perversa satisfacción, el maligno placer con que me levanté unas tres horas y media después que por fin se largaron sus cuates, (osea, como a eso de las siete de la mañana), puse una broca en mi rotomartillo, y me dediqué a hacer hoyos en la pared que comparte el cuarto en que duerme ella y el mío. Ya había pedido permiso a Miss D (la dueña de la casa, mi casera, e infortunada madre de la arañeja), así que con total tranquilidad le taladré el sueño como ella hizo con el mío cuatro horas antes. Al tercer hoyo llegó Miss D a decirme que era muy temprano para hacer hoyos porque el vecino de al lado se molesta (yo sospecho que su hijita se fue a quejar), y como yo soy bien educadita y comprensiva, deje de hacer hoyos… para bañarme haciendo el mas ruido posible (dos paredes del baño colindan con el cuarto de la arañeja), y luego salir a hacer el desayuno, lo que requirió algunos gritos destemplados al gato, y otros mas a mi hijo (para recordarle, desde la cocina, que se lave las manos y así). Cuando acabó el desayuno hice un par de hoyos más (porque ya no era tan temprano…). Luego metí unos clavos de concreto en la pared del baño. Todo entremedio, excepto por el desayuno, tuve puesto al máximo volumen que dan las bocinas de mi compu, música del grupo Tierra Santa (rock pesado en español – elegido porque es lo mas distante, musicalmente hablando, de las rancheras y las bandas, y con amplia capacidad para sacarle el sueño a cualquiera).

Son las once de la mañana. Mi cuarto (que era el suyo, por cierto… hasta que me lo rentaron a mi, porque la señorita nomás venía a dormir cada año de Juárez), quedó bastante limpio y mucho mejor ordenado de lo que estaba, ahora que hay dos hermosas repisas en la pared, un gancho para colgar ropa en el baño, y un par de clavos para cosas diversas, también en la pared colindante… ¡Ah! Y otros clavos para sostener el cortinero, que se estaba cayendo.
La fulana acaba de salir azotando la puerta (lo que en sí no tiene nada de notable, porque es la única manera que conoce de cerrar una puerta). Y yo me siento tan satisfecha como el gato que se comió al ratón. Ojalá tarde otro año de Juárez en regresar.

Wednesday, March 25, 2009

GRACIAS

Quiero vivir en La Paz, quiero vivir en La Paz, quiero vivir en La Paz (solo repito mi deseo porque se supone que así lo reafirmas y le dices al universo que no has cambiado de idea y todo eso… el I-Ching siempre recomienda perseverancia).

Bueno, la vida sigue, problemas aparecen y se resuelven, gracias a la ayuda que he tenido de otras personas… No soy como que muy sociable, y antes creía que debía de resolver todo sola y por mi cuenta. Tarde, pero estoy aprendiendo a pedir ayuda. Y corresponde agradecerla también, asi que para el universo que está escuchando (o leyendo???), gracias por poner en mi camino a aquellas personas que han sido una ayuda (no agradezco las personas problema – yo sé que es bueno resolver problemas porque te da confianza en ti mismo y construye carácter y demás, pero francamente creo que ya tengo bastante carácter y el universo se esta pasando un poquito de la raya últimamente… then, again, if things weren´t so shitty lately, quizá habría tardado mas en decidirme a salir corriendo de aquí).

Bueno, como sea (dice un amigo que pienso demasiado) concretémonos al tema, que por el día de hoy es dar gracias porque hay gente decente en el mundo y algunos me han tocado de cerca.
No me he vuelto cursi – estoy contando mis semáforos en verde (y celebrando que se resolvió un problema mayor que podría haber sido a real pain in the ass… Y se resolvió rápido y bien gracias que alguien me ayudó – se lo pedí, Y ME AYUDO, prácticamente me resolvió el asunto por mi).
¿Qué cuál era el tan gran problema? Conseguir transporte seguro y al alcance de mi bolsillo, para que mi niño vaya y venga de la escuela (con mi horario no puedo llevarlo yo). Para mí, eso es de gran importancia.


Por eso, el día de hoy, doy gracias. Por la gente que esta cerca de mí, por los amigos, por los que no son más que conocidos pero igual me han ayudado, y hasta por los ocasionales desconocidos que son buena gente y te dan el paso (o lo que sea); por los que leen esto y se molestan en ponerme algún comentario positivo (ya saber que alguien lee lo que escribo es alentador). Y también por mi hijo, aunque me la pase preocupándome por su culpa.

Por todo eso, el día de hoy (y muchos otros)
GRACIAS.

Wednesday, March 18, 2009

Ciudad Gruyere

La nueva modalidad de topes en Cabo San Lucas son los topes inversos o en negativo.
Es decir, una zanja que cruza la calle, en vez de un bulto (tope) que cruza la calle.
A veces están combinados: hay una zanja y a su lado el bulto de tierra (supongo que la misma que salió de la zanja).
Son mortales. Por supuesto que si los topes normales no están pintados y no se ven, los otros menos. No comprendo del todo la lógica de los antitopes, excepto que quizás es más fácil mantener un agujero que un bulto. O tal vez son algún tipo de remanente o vestigio de las barricadas que solían verse a media calle (que parecen haber sido erradicadas – al menos de las zonas por las que yo circulo).
Bueno, semi-erradicadas. Por donde vivo ahora (me cambié) están pavimentando una calle. Para que los coches no pasen y no echen a perder el trabajo y de paso se echen al plato alguno que otro trabajador, con la misma tierra que sale de aplanar la calle y otros menesteres necesarios para pavimentar, hacen unos montones enormes de tierra que bloquean el paso.
No es que sirva de mucho: como aquí mucha gente tiene camioneta, se suben al montón con la camioneta y se pasan igual (por al tarde y la noche cuando no hay trabajadores que les griten). Por donde ha pasado una camioneta pasa otra, y en cuestión de horas hasta los carritos comunes y corrientes se brincan el montón de tierra como si nada. Al día siguiente los trabajadores ponen otro, o le echan más tierrita encima al que ya esta medio aplanado.
Me caen mal los dichosos trabajadores. Se roban el agua; es decir, ocupan agua, no sé para que, y vienen y llenan sus tambos y cubetas en la llave del agua de la casa en que vivo. Es decir, que nosotros ponemos (y pagamos) el agua que usan para pavimentar la calle. Y son cubetas y tambos de 20 a 30 litros, todos los que ocupen llenar durante el día (uno no está, se va a trabajar, así que lo hacen con total impunidad). El otro día le dije al tipo que llegó con toda su concha y su cubetota, que no la llenara ahí. Se enojó y todavía me salió con que el agua no se le niega a nadie. Lo que no sabe es que el dicho se refiere al agua de beber, no a 100 o 120 litros por día para pavimentar la calle (que la ponga el municipio…).


He llegado a una decisión: me regreso a La Paz. Este agujero del infierno no me gusta, no me gusta, y no me gusta. Si tengo que empezar de nuevo – otra vez – cuanto mas pronto lo haga, mejor. Así que me regreso, este verano, a como dé lugar. ¿Pa´ qué alargarla y hacerla de emoción?

Nomás que no tengo chamba ni casa ni dinero ahorrado - Cabo San Lucas es tan caro, que aunque gano como dos mil pesos al mes mas que en Querétaro, aquí me alcanza solo para rentar un cuarto en casa de alguien mas y pagar la colegiatura de mi hijo, que tiene que estar en escuela particular, de producto de gallina, pues con el horario de las escuelas de gobierno no alcanza para que se esté en algún lugar seguro mientras yo trabajo. Pagar porque alguien me lo cuide, y lo lleve y lo traiga me sale casi igual que meterlo en escuela privada. ¿De que sirve ganar “una lana” si mi calidad de vida es menor que la que tenía con menos dinero? Por no hablar de lo nefasta que es el ambiente de esta ciudad, lo grosera que es la gente y todo eso.

Me voy, aunque no tenga trabajo ni casa… igual así llegue a La Paz el verano pasado, y cuando me vine a estudiar; y así llegué a Ensenada, embarazada y sin conocer la ciudad, y así regresé después a hacer el doctorado, cargando niño y gatos, etc., etc…

Tiene que poderse; tiene que funcionar: como decía una amiga “tú tienes que hacer que funcione”.
Se agradecen los buenos deseos y que pongan changuitos por mí.

Es en serio – se supone que el pensamiento positivo influye en el mundo y todo eso. He decidido que hay que creer en eso, y tener fé en la posibilidad de que te vaya mejor, porque si no tienes ninguna esperanza ¿para que esforzarse? ¿Para que luchar? Y como yo no puedo rendirme (tengo un hijo que criar) pues he decidido voluntaria y conscientemente creer (en la medida que mi escepticismo me lo permite), creer que puedes influir las partículas subatómicas con la energía de tu pensamiento, por que, como dice Paulo Coelho “el universo conspira para que logres tus deseos”.

Deseo irme a vivir a La Paz.
Por favor, conspiren conmigo (toda ayuda es poca).

Thursday, March 05, 2009

Chavos

La chamba es criminal… eso de dar cinco clases, cuatro de la cuales no había dado: a) nunca, b) hace años, es cansado.

Cabo San Lucas no cambia, al menos no tan rápido. Abrieron un Starbucks. Fui. Me encontré ahí a una de mis alumnas, quien pensó que era “raro” verme en el centro, que no me imaginaba paseando por ahí. Chava – le dije – ubicate, es una cafetería! No un antro (y si quisiera ir a un antro ¿qué? ¿no puedo? ¿a poco me veo tan vieja? ¿o será el madito uniforme de secre que tengo que llevar? Supongo que si te ven diario de saco – y el mismo saco, pa’ terminarla de …- no te pueden imaginar de pantalón de mezclilla y playera)...

No se si debo considerarlo indicativo de mi edad, de su incapacidad para ver mas allá de sus narices, o de la brecha generacional (que no me queda muy clara, pensándolo bien: excepto por el hecho que yo no tengo facebook, creo que no hay tanta diferencia entre su generación y la mía… Hay mas entre la de mis padres y la mía, creo; al menos yo aprendí a usar compus en la escuela y ellos – mis padres- no vieron una hasta bien entrada la edad adulta. En el caso de mi madre, nunca, porque no sabe ni prenderlas).

Como decía el personaje del psicólogo, en “Cilantro y perejil”: -¿Es que los calvos no merecen amor?- Y me refiero a esto en el sentido de ¿pasas de los treinta y no puedes ir a un antro? Y volvemos a lo mismo que creo ya había mencionado antes: de joven nunca te imaginas como será tu vida cuando pases de los treinta (o por ahí) es como una barrera mágica que tu mente no puede penetrar… (eso, creo se llama falta de experiencia – con eso de que la experiencia es aquello que adquieres justo después que lo necesitas…).

Quizá es mala onda de mi parte, pero siento lástima por ellos. No saben lo que se les viene encima. Por otro lado, tal vez sea mejor así: ¿Dónde encontrarían la fuerza para seguir adelante si supieran al llegar a la edad adulta la chinga no se acaba sino que empeora? ¿O será que solo me pasó eso a mí?

Saturday, January 24, 2009

Deviantart.com


Les recomiendo este sitio. Busquen en arte fractal, también esas imágenes están increíbles (este dibujo es de la sección de manga y anime).

Temporada de flautas

En la escuela le pidieron a mi hijo que llevara una flauta. No sabía donde comprar una flauta. Pregunté en Office Depot si tenían flautas, y el empleado me contestó: “No, ahorita no hay flautas. Es que no es temporada”.

¿Tal vez es época de veda?

¿Cuándo es temporada de flautas? ¿Acaso son migratorias?

No me habría sorprendido mucho que en el Office Depot me hubieran dicho que no venden flautas y ya, porque después de todo, es mas bien como una tienda de artículos de papelería y oficina. Sin embargo, eso de la temporada… ¿Serán así de raras todas las papelerías de la ciudad? Considerando que una de las que mas se anuncia presume de tener un repertorio completo de… disfraces. Y sí los tienen, colgados en racks a media tienda. En resumen, en Cabo San Lucas, no sé donde comprar una flauta. Quizá en realidad, lo que debería sorprenderme es que haya zapatos en las zapaterías…

En otras noticias, pintaron dos topes. Es de hacerse notar, porque son los únicos dos topes pintados en toda la ciudad. Son los dos topes que están en el camino al faro viejo, atrás de la delegación. Uno de esos es el tope de El Vendedor de Periódicos. Ese de los tatuajes y el puro.

Otros dos reductores de velocidad que No Están pintados, son dos reductores de velocidad que literalmente No Están, a la altura del motel La Roca. Hay un letrero de cada lado de la carretera, que dice “reductor de velocidad”, y hay, sobre el asfalto, dos amplias bandas bien pintadas de amarillo. Lo que no está son los susodichos reductores de velocidad. ¿Se los robaron? ¿Será que el presupuesto nomás alcanzó pa´l letrero y la pintura? ¿Tendrán los reductores de velocidad “temporada”?

Un ejemplo más de que en si Los Cabos no existieran los habría imaginado Kafka (o Dalí; o tal vez Frida Kahlo, que tenía vocación de sufrimiento): hace unos días, aun en las vacaciones de invierno, hubo una congregación de motociclistas en el centro de Cabo San Lucas. De repente se oyó el ruidoso estruendo de muchas motos y una sirena de policía. Estábamos platicando afuerita del museo de Historia Natural, y por supuesto, fuimos a ver que pasaba. Y lo que pasaba era una patrulla con dos motos detrás. Y luego dos mas, y tres y cuatro y otras dos, y tres y en total llegaron como sesenta (faltaban unos quince o veinte mas que llegaron tarde). Se estacionaron todos ahí enfrente de la Plaza Amelia Wilkes, acomodaron sus motos (tres cuadras de motos “parkeadas” cada una mas o menos en línea perpendicular a la banqueta), y se dejaron sacar una foto o dos o tres de los muchos curiosos que nos juntamos a mirar, en lo que llegaban los retrasados. Mi cuate del museo, el otro biólogo desarraigado, agarró su cámara, nos encargó el museo, y se fue a sacar fotos. Regresó diciendo que eran (los motociclistas) de la asociación de Baja Bikers y que venían todos ellos… a misa. Y los sesenta y tantos motoristas, con sus barbas, sus tatuajes, sus paliacates y sus chavas (que llegaron, por supuesto, montadas en la parte de atrás de la moto), se fueron a misa. Y cuando salieron de misa, se trajeron con ellos al cura, que caminó tres cuadras bendiciendo motos y echándoles agua bendita. Ahí si deseé tener mi cámara.

Ustedes disculparán mi estrechez mental, pero eso de ver a un cura, vestido de punta en blanco, bendiciendo motos una tras otra como si fuera de producción en serie, con los satisfechos, barbudos y tatuados dueños orgullosamente caminando detrás, con una mano en la chamarra de cuero (sin mangas, sigue siendo Los Cabos y hace calor) y la otra en la pompa de su morra, fue todo un shock cultural. Un chavo que esta haciendo su servicio social en el museo, amablemente me explicó que les bendicen las motos porque de vez en vez hacen viajes de carretera – y esta carretera debe ser una de las que tiene mayor número de accidentes al año en todo México. Supongo que si eres el equivalente mexicano de los ángeles negros, y además acostumbras viajar por estas carreteras de la península, toda ayuda celestial es poca.