Monday, September 04, 2006

Desorden mental y el universo

Trato de unificar muchas ideas.
Son mas o menos estas:
Solo vemos lo que ya tenemos en la mente. Aquello de lo que no tenemos un concepto previo, no existe. No lo vemos, no lo percibimos, no lo tomamos en cuanta aunque nos muerda en la nariz.

Biológicamente, a lo largo de nuestra evolución (que es un proceso histórico, con razones y efectos no necesariamente “lógicos” u obvios debido a que dependen de las condiciones reinantes en el momento, las cuales pueden haber cambiado), nuestra mente se ha formado a “ver” o percibir ciertos patrones, ciertos fenómenos, con preponderancia sobre otros. ¿Podemos sobre pasar este “cableado”, esta estructura interna y aprender a observar de manera mas “objetiva”, menos sesgada por nuestra biología, por ser lo que somos: mamíferos, primates, gregarios, hembra o macho?

Existen dos tipos de realidad: la realidad relativa, “dura”, medible, en donde una cosa pesa tanto y es mayor o menor que otra cosa o cosas. Y la realidad intuitiva, holística, que no es apresable con palabras: la iluminación. La comunión con el universo. El nirvana. O como se le quiera llamar.
La primer realidad la vivimos a diario y es fácil o relativamente fácil de entender. Su cúspide es la ciencia, que mide todo y atrapa todo en modelos, ecuaciones, estadística. La otra realidad es mística, espiritual, y nos dice que las cosas no son cosas separadas y distantes, sino que el universo es uno y el mismo, desde el quark hasta la estrella mas grande de todas (bueno eso entiendo yo de lo que he leído en “El Tao de la física”- véase también la película ¿Y tu que sabes? Y otros).

Estas cuestiones místicas, para mi, se pueden describir con una palabra, la que a mi mas me atrae, y que seguro será diferente para otros. Para mi es el Tao. La iluminación. El descarrilar tu mente de “esta” realidad para alcanzar una forma de serenidad, de paz interna, inquebrantable.

Por otro lado, la ciencia se ha estado topando con esta otra realidad, no aprehensible en modelos. Empezó con la teoría del caos, la conducta de sistemas complejos, el efecto mariposa, los fractales y atractores extraños, maravillosos “modelos” que nos permiten no predecir la realidad… fascinantes.
Y a partir de ahí, la emergencia, que puede definirse como “el todo es mas que la suma de las partes”. La emergencia es una muy conocida propiedades de sistemas biológicos, quizá mas extraña como concepto a quien no trabaja en ecología. Resumámosla así: si averiguas exactamente que hace un conejo, y exactamente que hace un lince, y exactamente como crece el pasto, y “sumas” toda esa información, no podrias explicar, no estarás ni poquito cerca de describir o comprender y mucho menos predecir que pasa en un ecosistema de pradera, con pastos, conejos y linces. El todo es más que la suma de las partes. Y si a eso le añades (¡viva la complejidad!) que en realidad las partes son muchas mas (los hongos en las raíces del pasto y bacterias del suelo, e insectos, y venados, y pájaros, y otros depredadores, y el clima, los ríos, lluvias, banco de semillas en el suelo, otras plantas, etc, etc, etc. – sistemas complejos, ¿si? Inherentemente impredecibles), pues entonces tienes emergencia, en un sistema complejo formado por cantidad de subsistemas, formados a su vez de sub-subsistemas...
Y a partir de esto, el orden. Estos sistemas complejos no funcionan así nada mas. Tienen un equilibrio cuidadosos, especifico, y funcionan muy bien e incluso resisten a grandes alteraciones y pueden recuperarse de incendios y disturbios cataclismicos (tornados, huracanes, terremotos, plagas….) ¿Cómo lo hacen? Como se organizan? ¿Cómo saben los hongos y las bacterias y los conejos qué hacer, cuándo y cómo hacerlo? Y la respuesta es; no saben nada pero se organizan de alguna manera, en base a reglas simples, interacciones que dan lugar a ciertas conductas que a su vez generan otras. Organización de abajo hacia arriba (bottom-up): otra fascinante cualidad de los seres y sistemas vivos. Incluyendo el mercado de valores, los hormigueros, la manera en que nuestras neuronas se las arreglan para comprender esto que escribo.
El Tao menciona esta capacidad de autoorganización. En el tao no hay un dios rector que creó al universo y lo supervisa. El universo se creó a si mismo y se supervisa a si mismo. Bienvenidos a libre albedrío (del cual por cierto nos roba la “fe” cristiana y otras religiones donde dios nos dice que hacer y como hacerlo, y que castigo nos espera si nos portamos mal…).

De acuerdo a uno de los científicos entrevistados en la película ¿Y tu que sabes? (What the bleep do you know?) es exactamente eso lo que hace la mecánica cuántica: nos devuelve la responsabilidad por nuestros actos. No es la voluntad de dios que Katrina halla destruido Nueva Orleáns: es el cambio climático global, causado por nuestra propia actividad, por los clorofluorocarbonos que liberamos al ambiente y que destruyen la capa de ozono, por la quema de combustibles fósiles, la tala de selvas y bosques (etc, etc.).

Y de nuevo en el puro terreno de la ecología: phase shift: cambio de fase. Bien estudiado fenómeno biológico donde un ecosistema que parecía estar muy bien, de golpe y porrazo, sin que al parecer nada haya cambiado, se transforma en otra cosa. Esto se ha visto en arrecifes coralinos (¡Si! mi mero mole). El arrecife parece estar bien, y sin que se pueda definir una causa, los corales mueren y son remplazados por rocas o algas. El sistema cambió. Había un equilibrio que se rompe de golpe, al pasar un umbral. El ecosistema (el arrecife) soporta una serie de estreses como sobrepesca, contaminación, huracanes, etc, y parece resistirlo, cuando de repente, pum. Se acaba. ¿Qué paso? La acumulación de muchas gotas de agua súbitamente derraman el vaso. Pero con nuestra mirada reduccionista y pequeña, solo vemos gota por gota, una gota a la vez, y no podemos ver el todo.

Y volviendo a ¿Y tu que sabes?: mencionan ahí que tu mente, tu concepción de ti mismo tiene el poder de cambiar lo que eres, y consecuentemente como te ven y te tratan los demás. Afectas el universo externo a través de tu mente, primero directamente en tu cuerpo, y tu actitud, y a partir de ahí, en la actitud de los demás y potencialmente incluso en las cosas inanimadas y el pasado y el presente. Porque creamos el mundo en nuestra cabeza. Y si creemos con suficiente convicción en lo que esta en nuestra cabeza, entonces, de alguna manera simplemente pasa.

Magia.
Fe.

Materia y energía son lo mismo, se transforman una en otra. A mínima escala, la materia solo es vacío con una cuantas partículas que aparecen y desaparecen: son paquetes de información. El pensamiento es energía, información. El conocimiento es poder. La información de nuestra mente puede cambiar el mundo. Suena grandilocuente pero mas o menos es la idea.

Y el hecho es que no aprovechamos esa idea, el hecho es que nos definimos de manera mezquina y pequeña (¿Quién eres? Juan. ¿Quién eres? Abogado. Contador. Taxista. Ernesto, Pancha, una chava buena onda, fan de Ricky Martin… lo que sea. Ninguna de esas cosa es quien eres. Es solo tu nombre, tu profesión, tu hobby…). Nos definimos pequeños, actuamos pequeños y usamos el poder de nuestra mente para construir castillos en el aire y vivir ahí, en vez de salir y enfrentar la realidad. Construimos escenarios de la realidad, donde actuamos las cosas, previendo respuestas y eventos, y ajustamos nuestra conducta de acuerdo a esas obras que representamos en la privacidad de nuestra mente, anticipando lo que otros dirán, sentirán, pensarán, olvidando que conocemos a esos otros aun menos de lo que nos conocemos a nosotros mismos y que los definimos de manera tan incompleta y pequeña como nos definimos a nosotros mismos. Y luego vamos y vivimos esos escenarios en la realidad, molestos cuando dicha realidad se niega a plegarse a nuestras predicciones mentales. En ocasiones construimos otros escenarios, totalmente imaginarios, donde vivimos una vida paralela, porque nuestra vida real no es lo suficientemente satisfactoria. Y asi arrastramos una vida incompleta de ficción, y una vida “real” también incompleta, y vivimos siempre a medias, constantemente insatisfechos y molestos.

Nos olvidamos de la otra realidad, la realidad intuitiva, la realidad de la iluminación, la realidad en la que dejamos de preguntarnos ¿quién soy yo, quién es ese? para simplemente ser, y disfrutar lo que somos, sin etiquetas ni definiciones – ni en nosotros ni en los demás. Esta otra realidad en que “todos somos uno”, en que los limites se emborronan y las palabras no alcanzan a definir y apresar lo que es por naturaleza indefinible e inapresable. Quizá por eso le tememos: definir, describir algo, implica tener una medida de control sobre ese algo. Agarramos el sartén por el mango; agarramos las ideas, las experiencias, los conocimientos, por las palabras con que los manejamos. Pero al llegar a aquello para lo cual no hay palabras… perdemos el control. Puedes explicarle a tu vecino porque compraste tal o cual coche, pero ¿y si haces o dejas de hacer por una especie de consciencia superior? ¿Cómo explicar eso? Seremos el bicho raro… y lo imaginamos tan bien (ese ser el bicho raro, ese estar fuera y aparte), pero sin comprender, sin nunca haber tenido la experiencia de esa iluminación, que nos parece algo peligroso y ajeno. No por nada el que se mete a redentor termina crucificado. Nadie lo entiende. Cruza los limites. Genera miedo y desconfianza.

¿Pero no seria fabuloso desear y valora lo que ya tenemos en vez de vivir permanentemente insatisfechos por querer siempre algo mas? ¿No sería increíble vivir en el presente, realmente vivir nuestra vida plenamente y no vivir a medias en el pasado, en el futuro, o en un mundo imaginario alternativo que nunca existió? ¿Qué es la felicidad? ¿La gratificación inmediata? ¿Tener todo lo que queremos?

¿O es la felicidad tan indefinible como decir quien soy? La felicidad es mas bien una actitud que un estado emocional…

Un día alcancé la paz, la plenitud, la serenidad…Fue un día que se descompuso el coche, y para variar en vez de terminar mentando madres me fui a mi casa a pie, muy satisfecha de todas la cosas buenas relacionadas con dicha descompostura. Creo que eso es lo que llaman aceptación. Acepte el hecho en si, y agradecí todas las cosas malas que no pasaron. Y las agradecí de verdad. Y me sentí serena y tranquila y feliz mientras camine de vuelta a mi casa mas de veinte cuadras.

No lo creería si no lo hubiera experimentado ya.

Y quiero regresar ahí. Quiero volver al centro de todas la cosas y quedarme ahí.

Debemos captar por intuición.

La verdad no se aprehende con palabras. Es preciso que algo o alguien (un maestro, una circunstancia de tu vida) descarrille tu mente para llegar a esa paz, a esa comprensión. To that phase-shift of the mind. Un cambio de estado mental.

Estudio ciencias. Soy científica, “objetiva”, dura, escéptica. He perseguido toda mi vida esta realidad tangible, medible, cuantificable, susceptibles de ser apresada en palabras y formulas.
Pero soy bióloga. Y sé que la vida es elusiva, compleja. La vida es un proceso, un conjunto de procesos, de sistemas, no una cosa. La vida es definible hasta cierto punto, cuantificable hasta cierto punto. Mas allá de eso solo queda tu intuición. Y la intuición en parte es una combinación de todo lo que sabes, susceptible de codificarse en reglas especificas (en un sistema experto) y en parte es… no sé que. Y ahora me doy cuenta que nunca lo sabré, en el sentido que nunca podré describirlo porque es parte de esta otra realidad, del todo, de la conexión difusa y compleja entre bacterias y águilas, que permite que exista un ecosistema.
Leo, leo y leo, tanto por aquí y por allá y me enloquece, tantas ideas, de tantos cosas diferentes y me dan vuelta en la cabeza y de algún modo puedo sentir esa conexión, pero no puedo clavarle el alfiler y dibujar esas relaciones, explicarlas, definirlas…Escribo, escribo y escribo y aunque me ayuda a pensar no me ayuda a avanzar. Ahora sé que este no es el camino, hay que leer y meditar, dejar fermentar esas ideas, dejar que se permeen en mi.

De alguna forma tengo que tener “fe”. Y aquí es donde mi capacidad siempre se ha roto, donde no doy el ancho. Para mi, “fe”, es una palabra que describe la credibilidad y estupidez humana, la irracional creencia en lo imposible.
Y ese es el punto. Solo es una etiqueta. Debo ir más allá de la palabra y el concepto, olvidarlo, cruzar al otro lado, a lo que es indescriptible. Y no tendré problema con las etiquetas, pues esa es una realidad que se experimenta y simplemente es.

Eso quiero.
Sabré que he llegado porque ya no tendré que escribir para tratar de aclarar mis ideas.
Buenos libros para pensar (casi todos en ingles, ni modo):
The tipping point - Malcolm Gladwell
El Tao de la fisica - Fritjof Capra
Tao - the watercourse way - Alan Watts
La dichosa pelicula mencionada hasta el hartazgo: ¿Y tu que sabes?
What is life - Lynn Margulis
Darwins dangerous idea - Daniel Dennett
Emergence - Steven Johnson
Y uno de teoria del caos que ahora no recuerdo como se llama porque me lo prestaron y ya lo devolvi y no puedo checar la referencia.