Monday, August 24, 2009

“Ya ni el futuro es como antes”

“Ya ni el futuro es como antes”
Frase escuchada en el programa “por las mañanas” del canal 11.

Tengo 36 años y de repente me doy cuenta que estoy en ¨crisis¨. Pero ésta es diferente.
No encuentro trabajo. Todo lo que he hecho en mi vida profesional, es dar clases. Soy maestra, pues. Realmente no he hecho nada más. Ahora, las clases que me habían prometido en cierto colegio de La Paz, valieron, pues a la hora de la hora nomás me dijeron que siempre no… y de repente me descubro desempleada. He metido solicitud por todos lados, para secre, cajera, empleada de limpieza, lo que sea… Nadie me quiere, ni pa´ limpiar casas.
¿De verdad soy tan inútil que ni siquiera para barrer y trapear puedo conseguir trabajo?
En fin…
Eso me remonta a algo mas: comentarios de excompañeros de la universidad. Una amiga me dijo hace no mucho, que me considera un talento desperdiciado. Otro me pregunta “¿Eso es todo lo que vas hacer con tu vida? ¿Dar clases?” Y lo dice con un tono como si estuviera decepcionado. Que poca cosa, que mediocre, dar clases.
Me gusta dar clases. Si, me gustaría dedicarme a alguna noble tarea de investigación para hacer avanzar a la ciencia y el progreso y todo eso, pero… bueno, como sea, pretextos hay muchos. No los enlistaré. Mala suerte, malas elecciones o lo que sea, el caso es que no ha sido a eso a lo que me he dedicado, lo que tengo enlistado y descrito como “experiencia laboral” en mi curriculum es, básicamente, dar clases.
No entiendo porque personas con alto nivel de estudios, como muchos de mis excompañeros de universidad, menosprecian tanto la actividad de educar. Probablemente no necesitaba una maestría para dar clases a nivel secundaria, pero aun así ¿de que sirve la ciencia y el progreso si la gente de la calle no hace, de una manera u otra, suyo ese conocimiento y lo aplica? ¿De que sirven los avances en el conocimiento de la ecología, si la gente común sigue tirando basura en la calle? ¿Cómo cambias eso? Con educación. A niveles básicos, porque luego los adultos ya están maleados y no los haces cambiar de manera de pensar ni de actuar. Y sin embargo, hay quien piensa que mi educación ha sido un desperdicio porque la uso para educar a otros.
Me deprime, me siento doblemente fracasada: ni cumplo con sus expectativas, ni tengo trabajo, ni puedo mantener a mi hijo, ni sé que chingados quiero ya de la vida.
Si, me habría gustado dedicarme a la investigación, pero ahora me doy cuenta que en realidad me enfoqué mucho a terminar la carrera, primero, la maestría después, y luego un doctorado del que nunca me titularé, sin realmente dedicar mucho tiempo a pensar o planear que iba a hacer después. Y las circunstancias me llevaron a dar clases, y descubrí que me gusta hacerlo (si, aunque a veces quisiera estrangular a algunos de mis alumnitos). Pero resulta que no está bien, porque es un desperdicio…
Y lo peor del caso es que de alguna manera si lo fue, porque si en vez de ponerme a estudiar, me hubiera puesto a trabajar, ya tendría un empleo seguro, con algunos años de antigüedad, un buen crédito para comprar casa, o a la mejor, ya hasta tendría casa.
Ni me titulé del doctorado para dedicarme a la investigación, ni tengo artículos publicados, ni me puse a trabajar pa´ ganar dinero, ni tengo casa, ni tengo chamba, y, 10 años después de titularme, sigo durmiendo en una colchoneta en el suelo porque no tengo ni para comprarme un colchón. Bueno. Tuve un colchón. Lo vendí para irme a Querétaro a atender a mi padre, que estaba enfermo y solo. A cambio, perdí todo lo que tenía en La Paz: la casa que rentaba y que ya hasta había pintado de un color que me gustaba, la chamba que tenía, no acabe mi tesis ni publiqué mi artículo, no termine la nivelación pedagógica. A cambio, él le dejo la propiedad de la casa a mi hermana, y yo me regrese a la baja con el estigma de ser una jija del ::::::: y la certeza de ser un estorbo para la “familia”.
El lunes empiezan clases, y yo no voy a estar ahí. Tal vez logré chamba vendiendo celulares – es la única solicitud que he dejado que de hecho me han dado una respuesta positiva.
En el canal 11 el otro día estaba oyendo un programa sobre “la segunda adolescencia” (mas conocida, creo, como la crisis de la edad media). Lo malo es que yo siento que no he dejado de “adolecer” desde que tengo memoria, si no es de una cosa, de otra.
Para saber que significa “estabilidad” necesito consultar un diccionario. ¿Irá a ser así toda mi vida? ¿Siempre a salto de mata y sin poder descansar y dejar de preocuparme, al menos un ratito? ¿Será iluso creer que es posible alcanzar “la estabilidad”? ¿No será la dichosa estabilidad como la ciudad Del Dorado y La Atlántida?
Por eso me gustó la frase: Ya ni el futuro es como antes…