Sunday, December 30, 2018

Pasó la lluvia.

Pues, estaba en una relación. Discutimos. Porque es lo de menos; fué una de esas tonterías que quien sabe como escalan a tormenta. Que todo sea por whatsapp empeora las cosas. No es el mejor medio para hablar de sentimientos y emociones. El caso es, que terminé haciendo berrinche. Irracional y sin sentido, y sabiendo que iba a terminar mal, porque ¿cómo más podría terminar?
Y entonces él me contesta con “ya no te molesto” que a mi me sonó a “enojarte y encontentarte es tu problema, a mi no me importa. Cuando termines tu berrinche me avisas”.
Y si, por supuesto, eventualmente se me pasó el coraje. Pero entonces empecé a preguntarme ¿ cuál es el caso? ¿Para que reiniciar la conversación  con alguien a quien realmente no le importa como me siento?
Me cuesta trabajo creer que a otras personas les importo. Siempre lidio con eso, toda mi vida. Me gustaría creer que soy una persona valiosa para él. Pero en el pasado, en situaciones similares me he convencido de eso a mi misma, y solo ha sido para decepcionarme horriblemente y terminar con el corazón roto.
Si hace algo que me duele, y me enojo, y no le importa... ¿cómo será después?
Ya he estado ahí. Me aferré estúpidamente a alguien que disfrutaba lastimándome. Y así empieza la cosa. Primero es no me importa si te sientes mal y luego es activamente causar daño.
Me siento triste. Él no me va a escribir; no le interesa si sigo de malas o se me pasó, o estoy triste o lo que sea. Y yo... no le encuentro sentido escribirle a alguien a quien realmente no le importa un carajo.
Fué lindo mientras duró, aún con sus bemoles. Pero... supongo que es mejor dejarlo por la paz antes que la herida sea más profunda.

Bailé bajo la lluvia. Y ahora estoy hundiendome en el lodo.
Supongo que así es la vida.

Thursday, October 04, 2018

Año nuevo, vida nueva

Tenía mucho de no escribir. Un año mas o menos. 
Este último año fué frustrante en muchos aspectos. Me sentía estancada, atorada, infeliz.
en un trabajo donde cada vez estaba peor; no me alcanzaba el dinero, en una casa demasiado pequeña, con un hijo adolescente demasiado angustiado y con bastantes problemas propios, por los que me siento responsable cuando no culpable. 
Atrapada.
Y las cosas empeoraron. Suficiente para sacudirme la cobija de la cara, y moverme.
Primero busqué otro trabajo. Mi primo me recomendó con alguien y conseguí chamba dando español a extranjeros. Pagan bien, me divierto, me ayudó economicamente, nunca había aprendido tanto sobre mi propio idioma.
Luego decidí, definitivamente dejar mi otra chamba en una prepa que cada vez me gustaba menos, y conseguí chamba, mejor pagada, mas horas, en una secundaria.
Empezé en agosto. Fue un poco difícil al principio, ya le estoy agarrando la onda, me agradan mis alumnos, me gusta la escuela, me caen bien los otros maestros.
Tengo dinero, por fin, para arreglar mi carro, cambiarme de casa, pagarle una psicóloga a mi hijo, comprarme zapatos, comer pizza de vez en vez.
El dinero no hace la felicidad, pero hay un umbral debajo del cual su carencia si te hace infeliz, insatisfecho, estresado.
Sobre todo estresado.
Ya no paso la noche retorciéndome en la cama preguntándome como le voy a hacer para pagar la renta, o la luz, o como arreglármelas para comer toda la semana con quinientos pesos.
Puedo hacer planes para el futuro. Porque voy a tener dinero en ese futuro, para cumplirlos.
Es lindo.

En algún momento de este año tuve que lidiar con que mi hijo tiene 18 años, no es un niño, y ya no debo prepararle el lunch para la escuela, incluso si eso implica que pasa todo el día sin comer, que bajó de peso, que no esta tan saludable como quisiera. 
Dejó la escuela y pasa el día en casa deprimido, durmiendo, y toda la noche viendo videos en youtube. Y lo "permito".
Porque tengo que dejarlo hacerse responsable y meter la pata. Porque no puedo sacarlo del hoyo aunque quisiera, porque el mismo tiene que darle un sentido a su vida.
Me está costando mucho trabajo.
Esto no es tan lindo.

Pero también descubrí que tengo tiempo, tiempo para mi. Empecé a jugar calabozos y dragones otra vez, con personas que no conocía, que contacté por facebook, y que fueron lo suficientemente lindos y abiertos para invitarme a su juego.
A mí que no confío en nadie y creo que todo el mundo es un asco.
Son amigos ahora. No increíblemente íntimos, pero amigos. Hablamos. Se preocupan por mi. De vez en vez me mandan mensajes aunque no haya juego en la semana.
Es lindo.

Recogí una cachorra en la carretera. Es la perra mas estúpida que he tenido, y no logro que haga del baño donde debe.
Nos quiere como solo te puede querer un perro. Mi hijo la adora aunque  se queje todo el tiempo. Hasta la gata juega con ella (una de las gatas. La otra la odia).
Es lindo tener perro, aunque me vuelve loca que orine en la sala.

Tenía que ir al DF a unos trámites. Un conocido de hace muchos años, por linkedin, me envió una felicitación por mi nueva chamba. Un mensaje preprogramado del sistema. Pero le contesté y nos vimos para tomar un café y hemos tenido conversaciones super interesantes.
Reconecté con él con una intensidad que nunca tuvimos antes.
Supongo que los años te hacen... menos mamón? ¿Más humano?
No sé.  Vernos, platicar, también ha sido lindo.

Con sus bajones y sus peros, hoy en día mi vida es "linda".
Por primera vez en mucho tiempo el futuro no me causa angustia sino emoción.
Hay eventos, situaciones, que incluso espero con ansia.
Es tan diferente que incuso da un poquito de miedo.
Como tirarse de un avión, rogando que el paracaídas se abra, con la certeza de que te vas a dar en toda la madre en el suelo...  y de repente el paracaídas se abre y puedes contemplar el paisaje y es hermoso.