Sunday, May 24, 2009

Reir es bueno


Creo que ya todo mundo ha visto este dibujo sobre el temblor y la influenza, asi que espero no me echen a los lobos por los derechos de autor...
No se donde se publicó originalmente; a mi me la mandó una amiga por correo.

Sunday, May 17, 2009

Textos del pasado

Buscando un poema que no podía recordar, releí algunas de las cosas que he escrito en el pasado. Algunas me sorprenden, tanto, que me digo a mi misma ¿si yo sabía esto hace diez años, porque sigo metiendo la pata hoy?

Sobre el miedo.
El miedo es solo una puerta. Una vez que encuentras la llave ya no vuelve a causar problema. Pero es necesaria atravesarlo en cada ocasión. Solo un idiota no tiene miedo. El miedo no es el enemigo; enseña a respetar y comprender. Quien respeta puede comprender, y con ello aceptar. Con la aceptación de lo que es como es viene el conocimiento. Entonces el miedo ha cumplido su función. Ya no se teme, se acepta y se respeta. Esto es un grado de libertad.
(Escrito en 1996 ó 97).

Miedo sigo teniendo. Generalmente no me detiene. El lado bueno de eso es que hecho muchas cosas, y el lado malo es lo mismo…. Eso, supongo, es lo que se llama ironía.

Sobre el dolor.
Cuando estoy sola. Es cuando estoy sola que mi rostro toma la máscara de plata que llora sangre. Cuando estoy sola y sin ojos, es cuando los recuerdos vuelven y me roen las entrañas. Poquito poquito, solo lo suficiente para que el agujero en mi vientre se llene de inquietud. Poquito poquito, para que la comida se me pudra en el estómago y respirar duela. Para que quiera abrirme el cráneo en las paredes y dejar escapar la sangre, esa sangre que vive tan a disgusto en mi interior. Es tan delicado el velo que me separa de la apariencia.
(Algún momento entre 95 y 97)

El dolor sigue siendo igual. Sigo deseando abrirme la cabeza en las paredes. Algunas cosas no cambian.

Sobre el amor (¿) y otras emociones.
En mí está la habilidad de evitar la pena, el dolor, la enfermedad, el fracaso, la ira, los celos, la humillación, el pesimismo. En mí está la habilidad de lograr lo que deseo, de cumplir mis metas. En mí está la fuerza para caminar y el conocimiento del camino que debo seguir. Esto me coloca parte de los demás, porque no es de ellos que obtendré lo que deseo ni son ellos los que pueden alegrarme, curarme, cuidarme o guiarme. Este conocimiento me hace libre, independiente, y me deja sola… más allá de todos los otros. Que dolorosa es la libertad.
Ahora sé lo que es el amor. Es la sensación de paz, de “llenitud” (sic), de no estar solo. Y ahora sé que solo puedo enamorarme de alguien que como yo, camine bajo su propia égida. Alguien, que por esa misma definición, no me necesita y nada le retiene junto a mí, y puede irse cuando le plazca. Y ese pensamiento me produce dolor, y me digo que yo tampoco lo necesito. Pero es mentira; le necesito para compartir toda la belleza que veo.
La fuerza que nos une es que nada nos ata.
1993

Mmm, bueno, aquí hay verdades y errores… Teoréticamente está en mí toda esa fuerza. Esto lo escribí en una época en que creía que yo debía poder todo yo sola. Muchos años, errores, dolor propio y ajeno, me ha tomado aprender que no puedo yo sola con todo, que definitivamente necesito a otros a mi lado sin importar que tan fuerte soy. Que hay fuerza también en aceptar esta necesidad. Que siempre eres mas fuerte cuando peleas por otros que cuando peleas por ti mismo (¡esa lección se la debo a mi hijo!).
Mi libertad y mi soledad dolían porque las estaba entendiendo mal. También me costó trabajo darme cuenta y aceptar que otros me necesitan, a veces, y que otros pueden beneficiarse de mi existencia. Aun ahora, a veces, me cuesta aceptarlo. Y si yo necesito alguien con quien compartir, es claro que alguien más me necesita a mí también para compartir… Suena obvio, pero me tomó años comprenderlo.
No todos los errores, dolores y miserias varias de la vida son evitables. Algunos son lecciones necesarias. Otros muchos me los infligí a mi misma, debido a expectativas irreales. Y aún ahora sufro innecesariamente. Me da por sufrir por un futuro que no ha llegado, lo cual es bastante idiota. Creo que hay que esperar lo mejor, sabiendo que lo peor es una posibilidad, pero sin entregarte a ello antes de tiempo. ¿Para que sufrir por adelantado? Si fallo, si tomo la decisión equivocada, pues ni modo, pagaré el precio en su momento, pero en la vida no puedes abonar por adelantado. El futuro no existe, solo el presente está aquí, y como dice la tortuga*, es un regalo.
Hay que vivir en el aquí y el ahora. Es una lección importante que no acabo de aprender, pero, afortunadamente, tampoco la olvido. Y cada día es una nueva oportunidad para practicarla.

*La tortuga U-Wen, en la película de Kung-Fu Panda. Hey, wisdom comes in many forms…
Para mas referencias sobre el mismo tema, “La isla” de George Orwell.
“El Manual del Guerrero de la Luz” de Paulo Coelho (apenas lo estoy leyendo).
Un libro sobre bushido que me prestó un amigo “One flash of ligthning” de Stephanie ST Russell (no estoy segura sobre la ST, de repente no entiendo mi letra – es medio fea, sobre todo cuando escribo al revés, estilo Leonardo Da Vinci).
He leído más sobre esto mismo en otros libros, que ahora no recuerdo. Dos de ellos probablemente son “El Tao de la física” de Fritjof Capra e “Historia del tiempo” de Stephen Hawkins.

Sunday, May 10, 2009

Educación privada en México

Estoy agüitada.
Hubo muchos reprobados en dos de mis clases: química de prepa y química de secundaria.
Me hablaron de la dirección para decirme que por supuesto no pueden entregar boletas con esas calificaciones y que hay que pasar a los niños, como sea.
Química de prepa no me preocupa mucho: estoy consciente que la materia se les hace difícil, y hay dos que tres en el salón que realmente no les importa, pero en general es un buen grupo y solo necesitan hacer más ejercicios y practicar mas para que desarrollen la habilidad requerida. No me pesa mucho subirles calificación porque en realidad no estoy de acuerdo en el valor porcentual del examen – yo creo que debería valer menos de lo que vale. Pero en fin.
Ahora que química de secundaria…
Tengo ahí trece o catorce alumnos – casi la mitad del salón – que realmente no les importa ni la materia ni la calificación. No entregan tareas, no hacen el trabajo de clase, no entran al laboratorio, y si entran no se molestan en entregar el reporte de práctica. Por supuesto que les va MAL en el examen.
Y parcial tras parcial uno tiene que sacarles el trasero del sartén. ¿Cómo les va a importar, cómo les va a preocupar, si ya saben que no reprueban? Que ahí está el sistema y el dinero de papi para asegurar su calificación. Y entonces el mal se autopropaga: si pasé este parcial sin entregar una sola tarea o trabajo, seguro también paso el otro, y el que sigue, y el que sigue. Y como nunca hay consecuencias, nunca hay cambio de conducta ni se enmiendan ni les importa; lo que es peor, como los demás observan que no hay consecuencias, agarran también esa actitud, y cada parcial son mas los niños a los que hay que sacar del sartén con pinzas… no sea que los papas se vengan a quejar.
Es deprimente. ¿Cómo se supone que los puede uno educar así? ¿Cómo puedo enseñarles nada? Es decir, yo puedo ir y dar mi clase, pero ellos no aprenden nada ¿para qué? El numerito en la boleta ya lo tienen asegurado. Sus padres no pagan por su educación, pagan por ese numerito aprobatorio.
Si ya sé: si no me parece esto, no debería dar clase en escuelas particulares… Pero es que hay que comer.
La primera vez que me salieron con una onda así, me indigné, pataleé y demás. Ahora ya ni me enojo, nomás me aguito. ¿Qué puedo hacer? Por un lado se me pide que dé bien mi clase, que controle al grupo, que entregue planeaciones, que haga ejercicios con los chavos, que les dé asesoría, que prepare mis clases con tiempo y materiales novedosos, que califique bien y a tiempo, que reporte a todos los que no entregan tareas y demás, y que les caiga bien a los chavos para que ellos me den buena puntuación en las evaluaciones a maestros. Pero por otro lado, tengo que hacerme sorda y ciega, cuando es obvio que se desaprovecha todo mi esfuerzo: es igual que califique las tareas y trabajos o no, dado que de todos modos tengo que subirles puntos – que no se merecen – por aquí y por allá, pá que pasen. ¿Qué más da que prepare mis clases, si lo que ellos quieren es no hacer nada de trabajo y mi calificación en la evaluación mejora en la medida que ellos tienen que esforzarse menos?
En esta escuela, contrario a las apariencias, cada vez siento mas que no me pagan por trabajar si no por des-trabajar: mientras menos me esfuerce, mejor. Yo me estreso menos, ellos son más felices porque echan mas la hueva, y la dirección es más feliz porque las calificaciones son mas altas y los papas no se vienen a quejar.
Quedan dos meses de clases, y yo creo que voy a tirar la toalla. Ya no voy a calificar tareas y reportes de practica de laboratorio; ni a evaluar los trabajos de investigación ni los trabajos de clase. El que lo entregue tiene ocho (como sea, me niego a ponerles diez de gratis) y el que no cinco – así el promedio tanto individual como de grupo es mas alto y todos están contentos.
Con razón la educación en México está en la calle de la amargura. Ni ganas dan de esforzarse. Porque para todos es claro, que si tengo muchos reprobados, la que está en falta soy yo. No importa que tenga registrado y reportado cada trabajo, tarea y ejercicio que estos chavos no han hecho; la falta es mía, aunque sean ellos los que no trabajan (y no exagero: de los trece reprobados, hay cinco que en todo el parcial no han entregado un solo trabajo; y todo eso está reportado en papelitos que los papás deben firmar cada semana. Despite which, is my fault that the kids are failing… What am I supposed to do: beg them, haunt them, what?
Cada año bajo más y más mis estándares de clase, de trabajo, de cumplimiento de formato y de fechas de entrega; cada año les pido menos… y cada año estoy más y más descorazonada: no estoy educando a nadie. Es deprimente.
No sé si mis alumnos están aprendiendo algo, pero lo que yo estoy aprendiendo es que no vale la pena el esfuerzo, que mientras mas te prepares peor te va, que el que es mas transa y ojete triunfa sobre los demás, que el principal premio a la honestidad es que te chinguen con mas ganas…

Saturday, May 02, 2009

Ciudad Influenza

Me desespera ver a las personas con su tapabocas en la calle, o en el super. Me pone de mal humor porque yo se que el tapabocas no sirve de nada ni evita el contagio. En la página de Internet del gobierno de Canadá (si, rápidamente armaron una pagina especialmente para informar sobre este brote de influenza), decía, en esa página, avisan a la gente que el tapabocas no sirve de mucho y que es mejor tomar otras medidas. En cambio en México, ni el gobierno, ni los noticieros ni nadie le avisa al “pueblo” que el tapabocas no sirve. La maestra de mi hijo le dijo que se pusiera tapabocas y no se lo quitara… Trabajo me costó convencerlo de que no se iba a enfermar, que el tapabocas no sirve de nada, y al final terminé por enojarme y casi a gritos, explicarle que no iba a usar un tapabocas porque yo no pensaba gastar dinero en comprar algo que sé que es perfectamente inútil. También de mal humor, le dije que no se iba a enfermar, y que si enferma no importa porque yo sé perfectamente bien que medicina tomar, cuando, cuantas, por cuantos días, y también sé cual es el compuesto activo, exactamente que le hace al virus, y que la influenza no te mata de todos modos, lo que mata gente es no cuidarse y terminar en el hospital con neumonía. Todo lo cual explique en tonos de voz cada vez mas altos y exasperados, hasta que el pobre chamaco dejó de insistir, no sé si porque se convenció, o porque yo ya estaba muy enojada. Me molesta que le vean a la gente la cara, me encabrona que dejen que “cunda el pánico” y me enoja aún mas cuando pienso por ejemplo en mis alumnos de primero de secundaria, que no quieren aprender que es una proteína porque, según ellos, eso nunca les va a servir para nada.
Y el día que hay una “pandemia” nadie entiende que carajos es un antígeno y que tiene que ver eso con la medicina y mucho menos con el sistema inmune. Si nos ven la cara de pend… por ignorantes. Y me incluyo en la lista por pura solidaridad, porque al menos a mí, en esta ocasión, no me dan batea de babas.


Me pone fúrica la gente que quiere ser ignorante, que se esfuerza, día a día, por saber lo menos posible, por aprender lo mínimo indispensable para irla pasando, y que no intenta comprender el como y el porque ni siquiera de ese mínimo indispensable que no les queda de otra que aprender.
Y por eso, en vez de que la gente comprenda “la amenaza” y tome medidas realistas, vemos a los diputados en cadena nacional, comiendo tacos de carnitas para que los criadores de cerdos no pierdan dinero porque bajaron las ventas…

De veras que Kafka nos ha de estar viendo desde el mas allá y acumulando ideas para su próxima vida – si es que no se le está partiendo la tripa de la risa.

Por demás, la vida sigue normalmente. La gente va al Soriana con su tapabocas para no contagiarse, y cuando han terminado sus compras, se sientan en el pasillo de alimentos (food court) frente a las cajas, se ordenan una hamburguesa o una torta, por supuesto se quitan el tapabocas para comérsela (y como nomás se lo acomodan el cuello se llena de migajas y saliva), se compran un refresco familiar y lo comparten entre todos, con el mismo popote y del mismo vaso, justo en la zona de la tienda donde hay mas gente – todos comiendo, platicando, tosiendo cuando se les va por donde no, y en general esparciendo toda clase de patógenos con enjundia y felicidad. Luego se vuelven a poner su tapabocas (para entonces casi seguro salpicado con algunas gotas de saliva de todos los presentes en la mesa), y se van a su casa, muy satisfechos consigo mismos porque “se están cuidando”.

Lloraría de frustración, pero me choca que me escurra la nariz. Groening* tiene razón: ante tanta estupidez, solo queda la opción de reírse… mientras te golpeas la cabeza con la pared.