Sunday, April 16, 2006

Treinta y tres

Pasando la línea de los treinta, uno se pregunta ¿Y ahora qué?
Si ya tienes casa y trabajo, y quizá, familia, te preguntas ¿Y esto es todo? (bueno, eso me han dicho).
Y si no tienes casa, y andas buscando trabajo donde sea (urgentemente, cuando tienes familia), te preguntas ¿Y ahora qué? ¿Como le hago? ¿De qué me sirvió estudiar, si de todos modos no consigo chamba?

A eso se le llama crisis de la edad media. Sucede porque de alguna manera, vives esperando ser joven para siempre, y, al mismo tiempo, vives esperando que cuando llegues a cierta edad, todo estará resulto y habrás sentado cabeza. Que de alguna manera uno equipara con no hacerse mas preguntas sobre la vida; a cierta edad, ya no te preocupas por aquello de ¿De dónde vengo y adonde voy?, ni ¿Quién soy? ni ¿Cuál es el significado de la vida? (o, en palabras de La Cuca, ¿Qué chiga'os es la vida, qué chinga'os hago aqui?). De alguna manera crees que todas esas dudas existenciales estarán resueltas porque serás un adulto (un animal jurídicamente responsable, leí en algún lado).

O sorpresa, no es así. Ninguna de estas preguntas encuentra respuesta, en realidad lo que sucede es que quedan enterradas debajo de otras preguntas, menos pomposas, pero más urgentes, como ¿Y ahora de qué vamos a vivir?. Y alguna preguntas con una muy personal importancia existencial, como ¿Por qué tengo mas arrugas que ayer? ¿Por qué diablos no se quitan con la maldita crema - carisima- que me compré con tanta esperanza, y admitamoslo, en realidad poca fé? ¿Por qué mis canas no se tiñen? ¿Y por qué no puedo bajar lo suficiente para poderme poner ese vestido?

Esta es la crisis de los treinta.

¿Alguna vez te has preguntado de dónde proviene la frase "la vida empieza a los cuarenta"?

Tras larga deliberación, hemos concluido que el significado y origen de esa frase se encuentra en la crisis de los treinta. A los treinta (o por ahi) entras en crisis. Para cuando cumples cuarenta, y después de haber estado en crisis unos cuantos años, te das cuenta, de que te preocupas por p... como tratar de verte cual si tuvieras veinticinco (moderadamente factible a los treinta, pero francamente imposible a los cuarenta). En resumen, dejas de luchar con la corriente (que no necesariamente es lo mismo que nadar contra-corriente, ojo!)
Y entonces la vida empieza de nuevo.
La meta seria lograr que nuestra vida empieze un poquito antes, digamos a los 38, o, siendo optimistas, a los 35...

Hoy cumplo treinta y tres. Sigo en crisis y sin trabajo, así que creo que mi vida no "empezará" hoy, pero quizá, y con un poquito mas de esfuerzo, logre iniciarla el próximo año...
Si consigo trabajo...
Si termino la tesis...
Si se publica el artículo y puedo titularme...
Si adelgazo lo suficiente para ponerme el madito vestido (aunque sea solo una vez, por favor, por favor...)
Si aprendo a aceptarme como soy, incluyendo esos kilitos de mas... (si, ya se que es una meta diametralmente opuesta a la anterior ¿y qué? Una de dos no esta mal. Y entro en el vestido con kilitos de mas, solo que menos kilitos de mas...)
Si me resigno a las arrugas (que aun no tengo, pero se que vendrán) y a las canas (que mis alumnos - malditos escuincles - se toman la molestia de contar), y a los kilos de mas, contra los cuales seguiré llevando una guerra sin cuartel (excepto para comerme una rebanadita de pastel de cuando en cuando... y un heladito... y uno que otro chocolate... despues de todo vida solo hay una, sin importar a que horas empieze).