Saturday, May 02, 2009

Ciudad Influenza

Me desespera ver a las personas con su tapabocas en la calle, o en el super. Me pone de mal humor porque yo se que el tapabocas no sirve de nada ni evita el contagio. En la página de Internet del gobierno de Canadá (si, rápidamente armaron una pagina especialmente para informar sobre este brote de influenza), decía, en esa página, avisan a la gente que el tapabocas no sirve de mucho y que es mejor tomar otras medidas. En cambio en México, ni el gobierno, ni los noticieros ni nadie le avisa al “pueblo” que el tapabocas no sirve. La maestra de mi hijo le dijo que se pusiera tapabocas y no se lo quitara… Trabajo me costó convencerlo de que no se iba a enfermar, que el tapabocas no sirve de nada, y al final terminé por enojarme y casi a gritos, explicarle que no iba a usar un tapabocas porque yo no pensaba gastar dinero en comprar algo que sé que es perfectamente inútil. También de mal humor, le dije que no se iba a enfermar, y que si enferma no importa porque yo sé perfectamente bien que medicina tomar, cuando, cuantas, por cuantos días, y también sé cual es el compuesto activo, exactamente que le hace al virus, y que la influenza no te mata de todos modos, lo que mata gente es no cuidarse y terminar en el hospital con neumonía. Todo lo cual explique en tonos de voz cada vez mas altos y exasperados, hasta que el pobre chamaco dejó de insistir, no sé si porque se convenció, o porque yo ya estaba muy enojada. Me molesta que le vean a la gente la cara, me encabrona que dejen que “cunda el pánico” y me enoja aún mas cuando pienso por ejemplo en mis alumnos de primero de secundaria, que no quieren aprender que es una proteína porque, según ellos, eso nunca les va a servir para nada.
Y el día que hay una “pandemia” nadie entiende que carajos es un antígeno y que tiene que ver eso con la medicina y mucho menos con el sistema inmune. Si nos ven la cara de pend… por ignorantes. Y me incluyo en la lista por pura solidaridad, porque al menos a mí, en esta ocasión, no me dan batea de babas.


Me pone fúrica la gente que quiere ser ignorante, que se esfuerza, día a día, por saber lo menos posible, por aprender lo mínimo indispensable para irla pasando, y que no intenta comprender el como y el porque ni siquiera de ese mínimo indispensable que no les queda de otra que aprender.
Y por eso, en vez de que la gente comprenda “la amenaza” y tome medidas realistas, vemos a los diputados en cadena nacional, comiendo tacos de carnitas para que los criadores de cerdos no pierdan dinero porque bajaron las ventas…

De veras que Kafka nos ha de estar viendo desde el mas allá y acumulando ideas para su próxima vida – si es que no se le está partiendo la tripa de la risa.

Por demás, la vida sigue normalmente. La gente va al Soriana con su tapabocas para no contagiarse, y cuando han terminado sus compras, se sientan en el pasillo de alimentos (food court) frente a las cajas, se ordenan una hamburguesa o una torta, por supuesto se quitan el tapabocas para comérsela (y como nomás se lo acomodan el cuello se llena de migajas y saliva), se compran un refresco familiar y lo comparten entre todos, con el mismo popote y del mismo vaso, justo en la zona de la tienda donde hay mas gente – todos comiendo, platicando, tosiendo cuando se les va por donde no, y en general esparciendo toda clase de patógenos con enjundia y felicidad. Luego se vuelven a poner su tapabocas (para entonces casi seguro salpicado con algunas gotas de saliva de todos los presentes en la mesa), y se van a su casa, muy satisfechos consigo mismos porque “se están cuidando”.

Lloraría de frustración, pero me choca que me escurra la nariz. Groening* tiene razón: ante tanta estupidez, solo queda la opción de reírse… mientras te golpeas la cabeza con la pared.

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