Wednesday, December 31, 2008

Ciudad ausente

Cabo San Lucas es una ciudad que no está presente para sus habitantes.
Esta hecha por y para los turistas, y los demás que se ch… Bueno, eso.
En realidad es frustrante y molesto escuchar en el noticiero, de lunes a viernes (no hay noticieros el fin de semana), noticia tras noticia y comentario tras comentario, sobre como hay que favorecer el turismo, mejorar el turismo, ayudar al turista, atender al turista, ayudar al turista, invertir en turismo, desarrollar el turismo, etc., etc.
¿Y los que vivimos aquí, qué? ¿A que hora van a trabajar para nosotros? ¿Cuándo van a resolver los problemas de la gente que vive aquí, y sí, atiende a todos esos turistas? ¿A que hora resuelven la falta de agua, las fallas en la recolección de basura, la falta de escuelas y espacios públicos, la falta de accesos a las playas, los problemas de tráfico, la carencia de estacionamientos públicos?
Y solo tengo cuatro meses aquí. Comprendo la amargura de los cabeños de nacimiento, que han visto secuestrada su ciudad por turistas e inversionistas fuereños. Lo que no comprendo es la grosera forma de ser del montón de fuereños que trabajan y viven aquí – esta no era sus ciudad de todos modos, nadie les ha quitado nada. Supongo que me contradigo un poco, pero el hecho es que aunque estoy molesta porque nos embarran turismo desde el desayuno hasta la cena, yo no ando por ahí brincándome los altos, tirando basura en la calle, ni poniendo música a todo volumen a las tres de la mañana en martes.
Lo que me para los pelos de punta es la falta de acceso a las playas. Vaya, que ni al cerro frente a la playa puede uno acceder. Cabo San Lucas es propiedad privada, de gente que ni siquiera vive aquí (ya no digas nació aquí).

El domingo fuimos al Museo de Historia Natural de Cabo San Lucas. Me sorprendió que hubiera un museo. Pues resulta que no tiene mucho tiempo, poco mas de dos años, y el punto es, que tiene fotos de cómo era Cabo San Lucas hace treinta y veinte años atrás.
No había nada.
En el museo hay historias, anécdotas, redactadas como artículos de periódico, donde algunos nativos platican de cómo era la vida por aquí cuando nomás había 200 personas en el pueblo y uno tardaba 4 horas para llegar por la brecha a San José (hoy día se hacen como 40 minutos si vas rápido pero con precaución – o sea, como a 90 km/h promedio).
¡¡¡Cuatro horas para llegar a San José!!! Eso si me impresionó.
El Médano (una playa que ahora alberga super hotelazos de esos enormes) era el lugar donde estaban las 50 casitas de la gente que trabajaba en la empacadora de atún. Hay una foto. Cincuenta casitas de madera en un lugar en donde ahora no puedes ni ver la playa a través de los edificios… (porque además es todo propiedad privada, maldita sea).
Hay fotos de la marina antes de que fuera la marina, cuando apenas iban a dragar para construirla…
Platicando con el encargado del museo – otro biólogo marino desarraigado como yo – me hizo notar que apenas vamos en el décimo ayuntamiento… ¡Uff! Pues con razón esta ciudad esta hecha un desmadre: si hace treinta años vivían aquí menos de mil personas. Hoy, debe haber esas mil personas nomás en la colonia en la que vivo.
Venían famosas estrellas de cine y políticos y empresarios importantes, gringos y mexicanos, que llegaban en avioneta particular o en sus yates, pues no había carretera ni nada parecido… Tenía uno que ser muy rico para venir a vacacionar aquí. A cambio, no había nadie que te diera lata: cero paparatzis, reporteros, fans, y demás fauna asociada (no tenían con que pagarse el viaje, supongo). Así fue como se dio la vocación de zona turística de lujo: el aislamiento le daba toda la privacidad y exclusividad que pudieras querer. Los predios de playa se fueron valuado mas y mas altos a medida que algunos se fueron dando cuenta de lo buena idea que sería construir un resort de lujo por aquí… Los habitantes originales fueron vendiendo sus terrenos, se hicieron de mucho dinero, y las mejores zonas quedaron en manos de “inversionistas” ahora dueños de hoteles gigantescos con sus propios campos de golf… ¿Malecón? ¿Por qué querrían los nativos un malecón, o un acceso público a la playa? Si había muchas otras playas, y en cambio recibían sus dinerito contante y sonante…Y así, supongo, se fueron vendiendo todos lo lotes aledaños a la playa, y después lo no tan aledaños pero con bonita vista…
Y fué llegando gente, para trabajar en los hoteles y resorts que se iban construyendo en esos terrenos. Y por eso Cabo San Lucas es una ciudad ausente, que está aquí, pero no para los que viven en ella, sino para esos otros, los que vienen a dejar sus bendiciones en billetes verdes.
Ahora comprendo el como y el porque. De todos modos sigue siendo deprimente.

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