Lo desagradable de tener novio (o equivalente)

Lo desagradable de, súbitamente, dejar de ser soltera y “sola” para encontrar pareja, compañero, novio, marido, peor es nada, susodicho o como se le llame, está dado en gran medida, por la reacción de los demás.
En pocas palabras, es como si te volvieras inútil, idiota y débilucha, todo en un instante.
Si de por si es molesto escuchar comentarios como:
- ¡Ah!, sí, pues es que las mujeres no manejan estándar
o:
- Bueno, es que las mujeres prefieren autómatico porque les cuesta mucho trabajo manejar estándar (¿Qué, a los hombres no? ¡Ja!)

Bueno, pues tan pronto como te consigues susodicho, empeora.
¿Qué tienes que mover un mueble? Tu, campeona de ocho o nueve mudanzas en que te moviste de una ciudad a otra con todo y perico, te ves obligada a escuchar ¡y de gente que te conoce! que te ha visto cargar garrafones llenos y subir y bajar escaleras con un sillón, cosas como:
- ¿Tienes que mover el sillón, verdad? Bueno el viernes que lo haga Pancracio.

...

Osea... No tengo inconveniente en que alguien mas se rompa el lomo cargando el sillón, pero es la actitud de ‘tú, delicada mujercita, no lo toques! esperate a que venga el macho, que él si puede’ lo que me enrosca las tripas y me revienta el hígado.

¡Me hierve el taco! como decía una amiga...

¿Qué? ¿No puede una conseguirse peor es nada, sin que todo mundo autómaticamente de por hecho que es él quién saca las arañas y mata los ratones? ¿Qué es él, y no tú, quien sabe como cambiar un foco y revisar los fusibles del carro? Y cuando llevas toda una vida revisando fusibles y matando ratones, como crispa que la gente que te conoce, y que te sabe capaz, que te ha visto ‘en acción’ te salga con un “esperate a que venga Pancracio”...