Monday, February 01, 2010

Ciclo Vital

Se aproxima un nuevo semestre. Para mí, eso implica quedarme sin trabajo otra vez.

Tengo por ahí, flotantes, un par de promesas de trabajos buenos, para el próximo año escolar – osea, julio / agosto. Nada para este semestre (y los otros son solo posibilidades, nótese, nada seguro).

Estoy prácticamente desempleada, puesto que mi contrato con la universidad termina el 15 de febrero y tal como van las cosas, creo que no me van a ocupar el siguiente semestre (solo se abre un grupo, no dos, así que se queda con la materia el otro maestro, que tiene mas tiempo que yo).


Debería estar angustiada y preocupada, y lo estoy, pero no tanto. No sé porque, pero creo que agoté mi capacidad de angustia cuando me regresé a La Paz y de repente descubrí que el trabajo que tenía “seguro” no era tal. O tal vez estoy ya tan desilusionada de la vida que ya no me queda energía ni para angustiarme.

Me siento tan fracasada… En los últimos días me ha dado por pensar en lo que yo esperaba y quería de la vida – lo que esperaba lograr, o como me imaginaba que seria mi vida – y la verdad es que no he logrado nada de lo que me había imaginado.

NADA.


Leí alguna vez sobre un portal – la entrada la infierno, o algo así- que tenía un letrero en la parte superior que decía algo así como: “quien pase por aquí abandone toda esperanza”. Creo que he llegado a ese portal y lo he cruzado. No he logrado lo que quería – de hecho no he logrado absolutamente nada – y lo que logre de ahora en adelante no tendrá conexión alguna con lo que yo quería originalmente. Me deprime y me hace sentir vacía. Y creo que la única ventaja es que cuando no tienes nada, ya nada te pueden quitar. Creo que uno se desilusiona – de la vida, del trabajo, de la pareja, de lo que sea – por tener expectativas irreales. Y de algún modo siento que he quedado vacunada. Ya no tengo expectativas irreales, porque en realidad ya he fracasado en todo lo que esperaba con ilusión. Antes era cínica por fuera, y guardaba esperanza e ilusiones en mi corazón, solo que tenía miedo de que me lastimaran. Ahora soy amable por fuera, y amarga y cínica por dentro, y no me quedan mas ilusiones que se puedan romper. Supongo que a eso se le llama madurar. Y luego de madurar, por supuesto, lo único que te queda es pudrirte. Ciclo vital, le llaman en los libros de ecología.

No comments: